Procesos creativos

Atelier oï: "La emoción surge al abordar la materialidad"

Ensambles de diseño y arquitectura con notas de jazz.

Por Vivian Urfeig

22.05.2020

De Suiza al mundo, los arquitectos y diseñadores de atelier oï componen una partitura armónica donde resuenan notas de sensibilidad, formas simples y materiales nobles. Aurel Aebi, Armand Louis y Patrick Reymond manejan con destreza los instrumentos del estudio que fundaron en 1991 en La Neuveville, un distrito del cantón de Berna, en el corazón de Suiza. Cuando debatían qué nombre ponerle al estudio, el concepto de atelier resumió el espíritu fundacional del estudio: un atelier es un espacio de creación, un buen lugar para el debate intelectual, un taller donde la creatividad manual se expresa a seis manos, en este caso.

Los procesos creativos y la apuesta por la interdisciplina que surge naturalmente en un atelier llevaron a los socios a posicionarse como referentes de la arquitectura, el diseño y la escenografía en escenarios internacionales. Los proyectos de líneas puras y elegantes confluyen en una paleta de recursos que cruza el espíritu colaborativo y la investigación material, siempre y cuando pueda transmitir emociones y sensaciones, como una buena banda de jazz.

Aurel, Armand y Patrick se nutren de los intercambios culturales y viajan por el mundo difundiendo el ADN armónico del atelier, un búnker intuitivo donde nacieron líneas de equipamiento, mobiliario, proyectos mounmentales, instalaciones y ambientaciones. Entre otras firmas, trabajan para Louis Vuitton, Moroso, Foscarini, Bulgari, Artemide y B&B.

¿Cómo es la dinámica creativa dentro del estudio?

Cuando se trata de explicar cómo funcionamos como grupo tomamos al jazz como punto de referencia. Es un estilo que se constituye a partir de un tema y cada músico aporta su personalidad y medios expresivos para compartir en la aventura creativa conjunta. Aquí la diferencia es el factor enriquecedor, nos lleva a desarrollar nuestra propia armonía particular.

El proceso creativo de atelier oï no cambió. Desde el minuto cero nos gusta trabajar las diferentes escalas, cambiando entre objeto, espacio y arquitectura. Todo comienza con la naturaleza del material y sus reacciones a estímulos externos, su manera de responder a transformaciones. Es el proceso el que determina la forma, la expresión de un proyecto. Así, la estructura del material se vuelve expresión estética.

¿La investigación sobre los materiales es el punto de partida del diseño?

La emoción surge al abordar la materialidad. Es a partir de estos momentos cuando establecemos el inicio de cada proyecto. En general empieza desde un lugar puramente experimental, a través de acciones lúdicas que no necesariamente tienen conexión con un programa específico de necesidades. Pensamos con las manos, las texturas nos ofrecen la oportunidad de vibrar el material. Luego podemos dibujar o proyectar variantes. Pero todo parte de las sensaciones, de dinámicas intuitivas y emocionales.

El estudio como laboratorio creativo…

Sí, en ese sentido experimentamos e investigamos. Comprobamos los límites de cada material y los colocamos en contextos distintos para observar cómo reaccionan, en qué se transforman.

Hotel Enso Ago Tomi II: la cultura zen presente en el proyecto de interiorismo e iluminación del hotel de Kyoto promueve el contacto de los visitantes con la historia de la ciudad. PH: Tomooki Kengaku y Satoshi Asakawa/Gentileza atelier oï.

¿Con qué tipo de escala prefieren trabajar?

Para nosotros es muy difícil elegir una escala, porque trabajamos de manera interdisciplinaria, entre la arquitectura y el diseño. Nos gusta encarar el trabajo desde la escala ‘objeto’ hasta la escala ‘espacio’. En ese sentido, no hay una escala que sea más interesante que otra. Transformamos el material en una estructura, independientemente de la escala del proyecto. El material es el punto de partida, nuestro trabajo es aprovecharlo al máximo. Como buenos cocineros nos gusta tocar todo, sentir el aroma, entrar en contacto.

¿Cuál creen que va a ser el nuevo formato de las exposiciones de ahora en adelante?

Se mezclan el mundo digital y el físico: se viene la era digital. Este período de pandemia nos recuerda que lo físico está más presente que nunca, nos recuerda que somos seres vulnerables. La crisis que estamos sobreviviendo aceleró el uso de plataformas digitales, ¡los tours virtuales de museos explotaron! Y es muy bueno, pero de todos modos la sensación de estar cara a cara con una obra de arte original nunca podrá ser reemplazada con una experiencia virtual.

Colección Y la nave va: confort y bienestar que combina la transformación de la madera en un elemento tecnológico de alta resistencia; un homenaje a Federico Fellini desde la morfología del sofá/bote. Gentileza atelier oï.

Las capas de pintura, la influencia de la luz en la obra, el contraste con la pared de mármol, tantos estímulos que sólo se aprecian en vivo. ¿James Turrell en versión digital? Complicado…

Por ejemplo, algunos museos llegan a ofrecer visitas descalzas. (Fundación Carmignac en Porquerolles, Francia). El ritual de quitarse los zapatos para estar más relajado y entrar en contacto es clave. El propósito es crear una experiencia que convoque todos los sentidos.
Para nosotros, la arquitectura del museo debe ser silenciosa. Debe desaparecer para que aparezca el trabajo del artista en su expresión más pura. El arquitecto se retira para darle espacio al artista. En jazz, la improvisación tiene una regla implícita: parte de la banda deja de tocar su instrumento para que se luzca el solo de uno de los integrantes. Una analogía con las obras de arte y la arquitectura.

La creación de un espacio tomando como punto de partida el no lugar nos propone un debate interesante. Los museos se han convertido en sitios de peregrinaje (tiendas, restaurantes, conferencias, auditorios). Nos gusta la experiencia que generan.

¿Cuál es el nuevo rol de la arquitectura?

Todo depende del punto de vista. Si nos ubicamos en el paisaje exterior, el edificio asume una identidad como parte de la ciudad. Desde el interior, en cambio, el visitante se apropia y se funde con el volumen. Hoy, desde nuestro rol como arquitectos y diseñadores, apuntamos a crear puntos de referencia para que usuarios y entidades se fundan en un formato colectivo.

El Museo de Arte Moderno de Louisiana, cerca de Copenhague, es un ejemplo interesante: está implantado en un parque y sus esculturas se integran al entorno, promoviendo un diálogo dinámico entre paisaje y arquitectura. En atelier oï intentamos reaccionar a los contextos particulares y nos inspiran los fenómenos de la naturaleza. Creamos proyectos en relación a las raíces de acuerdo su historia y su entramado de experiencias.