Design frontiers

Ideas grandes para usuarios pequeños

Un vistazo a las tendencias del diseño de juguetes en la actualidad. En el centro de todo se encuentra la ambición por desarrollar la creatividad de los más chicos lejos de las pantallas y el wifi.

Por Vivian Urfeig

11.08.2020

El diseño para chicos es cosa de grandes: de diseñadores que se ponen a la altura de las necesidades de la infancia. De los que investigan procesos, tienen en cuenta las etapas y entienden al juego como herramienta de aprendizaje y socialización. De eso se trata jugar, de incorporar estrategias, relacionarse con el otro y enfrentarse a desafíos. Encajar, ensamblar, superponer, saltar, trepar e investigar: verbos que se conjugan a la hora de pensar estímulos que inviten a desplegar la creatividad de los niños.

Cuando en 1945 Charles Eames creó el Plywood Elephant no se imaginó que su aporte se convertiría en leyenda. La pieza que formó parte de una muestra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York fue concebida para niños pero también fue diseñada como objeto escultural. Hace unos años, su estudio reeditó otro clásico: The Toy, un juego de construcción de 1951 que jamás pasó de moda. ¿En qué reside el secreto de este kit de bloques para encastrar? El sistema de construcción que reproduce el principio modular de Eames permite crear universos infinitos, sin reglas y a partir de materiales resistentes y coloridos. El punto de partida de un juego que disfrutan chicos y grandes es el diseño de una propuesta lúdica pensada a lo grande.

Cas Holman, diseñadora de juegos para plazas, es una de las protagonistas de Abstract, la serie de Netflix sobre procesos creativos. Disruptiva, desarrolló un sistema de “herramientas para la imaginación” compuesto por piezas para ensamblar en formato colaborativo. Estos circuitos con identidad propia son los protagonistas de varios parques de juegos de Nueva York que contemplan los principios de la autonomía, independencia, autoestima y creatividad, a la vez que fomentan la exploración lúdica sin distinción de género.

Uno de los diseños de Cas Holman. Gentileza.

Entre los referentes de autor, la firma Magis desarrolló la línea Mee too, gracias a la búsqueda fallida de un escritorio para la nieta de Eugenio Perazza, el fundador de la compañía. Como no encontró el adecuado convocó a un equipo para diseñarlo a medida. “No quisimos sólo reducir tamaños, buscamos otro camino”, apunta.

La búsqueda lúdica también inspiró a Eerio Arnio, Satyendra Pakhalé, Javier Mariscal, Marcel Wanders, Björn Dahlström y Enzo Mari entre otros grandes nombres. Aarnio, el autor de la mítica Bubble Chair, diseñó Trioli, una silla que también sirve para andar a caballo. La firma Kartell desarrolló la línea Kids, con un equipo integrado por los especialistas Oiva Toikka, Philippe Starck y Piero Lissoni. Columpios, tractores, autos de corte clásico y mecedoras redondeadas comparten podio con los caballitos minimalistas de Nendo y los bloques de Ferruccio Laviani.

Entre los diseñadores argentinos que le dan unas cuantas vueltas de tuerca a la problemática se destacan quienes dejaron de lado la dicotomía entre “juegos para nenas” y “juegos para varones”. Se centralizaron en procesos lúdicos que estimulen actividades creativas con el foco puesto en la diversidad. Arquitectura en Juego surgió en Rosario, sede del Tríptico de la Infancia, el proyecto urbano inspirado en las ideas del psicopedagogo italiano Francesco Tonucci. Con la idea de despertar el interés por la arquitectura y el entorno, Mariana Schulze y Candelaria de Elía diseñaron un sistema de encastres que promueve el pensamiento crítico. “Nos interesa desarrollar el análisis respecto al entorno construido. Enseñar arquitectura a los niños y niñas es innovar, fomentando un futuro donde todos seamos capaces de replantear nuestra ocupación del territorio, desde el conocimiento”.

Creatividad para armar es la consigna de Ikitoi, un sistema que promueve la cultura maker entre los más chicos, incentivando su rol de creadores y protagonistas de sus propias historias. Durante estos meses de cuarentena, Laura Lospennato, una de las fundadoras, detectó que las relaciones entre el hogar y la familia cambiaron sustancialmente. “Los chicos que pasaban poco tiempo en casa modificaron su forma de habitar y de jugar. Este cambio resignificó el concepto de juego de nuestro desarrollo e incluyó a mamás y papás más dispuestos a agregarle capas”, explica. De esta manera, se sumaron intervenciones a los espacios de juego, un kit de piezas geométricas a gran escala y conectores flexibles que permiten múltiples posibilidades: una casa, un cohete, un barco, una carpa y mil opciones más.

Espacios de intervención para jugar de Ikitoi. Gentileza.

Atractivos para los chicos e interesantes para los grandes. La fórmula de este tipo de juegos incluye materiales nobles y prioriza la desconexión digital. Sin pilas, cables, ni wifi que distraigan el proceso creativo. Como Trianguland, la propuesta del diseñador Flavio Siganda (Sello Buen Diseño 2019) que desafía a combinar 36 módulos de madera en formato triangular. Con distintos niveles de dificultad, el objetivo es estimular la observación, la atención, la creatividad, la memoria y la inteligencia espacial.

En cuanto a mobiliario, el rotafolio sin fin desarrollado por el estudio Broot contempla principios de la pedagogía Montessori, que entiende al niño en relación a su entorno. Con materiales al alcance para promover su concentración y mobiliario a su medida para fomentar la creatividad, la independencia y la autonomía, según su creadora (María Montessori, 1870-1952). “Entender las necesidades y acompañar el crecimiento en un marco familiar es nuestro motor”, señalan Macarena Fernadez Speroni y Tata Dadone, autoras del escritorio que incorpora rollo de papel “larga duración”.

Juegos de plaza distintos que inviten a redefinir la idea de hamacarse o tirarse del tobogán. Ese fue el objetivo de Diego González King, diseñador industrial, junto a Galpón Estudio para el Parque de las Ciencias. De diámetros generosos, las hamacas permiten colgarse y acostarse y proponen otro abordaje del espacio, al tiempo que invitan a disfrutar y compartir la experiencia desde otra perspectiva.

Diseñar para chicos no solo contempla escalas pequeñas. También tiene en cuenta grandes valores.

Foto de portada: juegos para el espacio público, de Ludum. Gentileza.