Portrait

Marcio Kogan: "Me gusta definirme como simple y clásico"

El arquitecto paulista al frente del estudio MK27, ganador de la Bienal de Arquitectura de San Pablo, el Prix Versailles, entre otros, nos abre las puertas de su mundo creativo.

Por Vivian Urfeig

11.07.2022

Hijo de un reconocido ingeniero paulista, Marcio Kogan heredó de su papá el desafío por los grandes volúmenes y la búsqueda de materiales simples y nobles. Lo sabía pero así y todo decidió iniciar una carrera cinematográfica. Sin embargo, después del largometraje Fuego y pasión (1988), Marcio retomó el título de su película reconociendo que el indicador de la arquitectura lo encendía tanto como el del cine. Ciudadano de la caótica San Pablo, su mirada siempre estuvo influenciada por las mega obras de Arón, su papá, que levantó entre otros los edificios San Vito y Mirante do Vale.

Desde los ‘70 que dirige su estudio, una usina donde conviven más de 30 profesionales en el corazón de San Pablo. Y que desde el 2001 se llama MK27, un auténtico tanque paulista que cosechó premios internacionales: IAB (Instituto de Arquitectos Brasileños), Bienal de Arquitectura de San Pablo, Wallpaper Design Award, Prix Versailles, entre otros.

Kogan, además, fue nombrado miembro de honor del Instituto Americano de Arquitectos (AIA) y de los Consejos de MUBE (Museo Brasileño de Escultura) y MASP (Museo de Arte de San Pablo). Dueño de un humor y de una ironía muy particulares, el diseñador suele afirmar que una “milanesa es más importante que la arquitectura”. La buena comida, las películas exquisitas y las líneas simples integran su lista de favoritos. Espacios generosos que dialogan con el paisaje, artefactos que generan sombras y protegen a los usuarios del sol y el calor. Y dispositivos que parten de materialidades específicas para generar geometrías monumentales.

Vista House. Arquitectura: Studio MK27 - Marcio Kogan + Samanta Cafardo. Interiores: Studio MK27 - Diana Radomysler + Pedro Ribeiro. Paisajismo: Isabel Duprat. PH: Fernando Guerra/Gentileza MK27.

¿Cómo define la escuela Marcio Kogan y su legado en la arquitectura brasileña?

Me gusta definirme como simple y clásico. Hace unos años, después de dictar una conferencia en Italia, una historiadora muy importante especializada en arquitectura clásica, Maria Cristina Loi, me dijo que era clásico. Y me encantó. Nunca lo había escuchado antes, pero acepté su definición, porque es cierta. En el estudio siempre tratamos de hacer una arquitectura simple, y eso requiere mucho esfuerzo.

¿Cuánto influye su pasión por el cine a la hora de proyectar?

Soy bastante cinematográfico para proyectar una vivienda, sobre todo durante las primeras etapas, donde armo un guion con los personajes que van a vivir en el espacio en cuestión. Cada uno tiene su historia de vida. A veces es un hombre, a veces una mujer. O quizás una especie de mezcla de ambos. A medida que este guion se desarrolla en mi cabeza el diseño comienza a tomar forma y enfrenta distintas problemáticas de acuerdo al tipo de implantación, el entorno, las condiciones, la época.

Sand House. Arquitectura: Studio MK27 - Marcio Kogan + Marcio Tanaka. Interiores: Studio MK27 - Diana Radomysler + Pedro Ribeiro + Serge Cajfinger. Paisajismo: Isabel Duprat. PH: Fernando Guerra/Gentileza MK27.

¿Qué aprendizaje creés que dejó la pandemia en términos de urbanismo y movilidad?

Creo que la pandemia traerá muchos cambios en la forma en que pensamos la arquitectura. Actualmente estamos trabajando en un proyecto que será la nueva sede de uno de los grupos financieros más grandes del país, un complejo que promoverá nuevas formas de trabajar. Los empleados podrán hacerlo desde sus casas y las oficinas centrales albergarán programas de formación, reuniones presenciales cuando sea necesario, diversas áreas de ocio y deporte, además de laboratorios de investigación. Pero lo que más me entusiasma es que contará con un nivel de sostenibilidad radical. La idea es que contribuya a vaciar la ciudad. San Pablo se está volviendo inhabitable.

En este sentido, ¿cuán necesario es incorporar variables de sostenibilidad al futuro de las ciudades?

Siempre buscamos ser más sostenibles. Para nosotros, esta búsqueda refleja una apertura cultural, una evolución de los valores y una comprensión del impacto, no solo en el medio ambiente sino en nuestros propios espacios. Desde una perspectiva evolutiva hemos aprendido a cobijarnos, a construir, a mejorar los métodos constructivos. Y recientemente hemos llegado a un punto en el que podemos diseñar y construir mirando hacia el futuro. Podemos transformar nuestro entorno, nuestro hábitat considerando la preservación de los recursos naturales, lo que redunda en nuestra propia preservación y, potencialmente, en nuestra evolución.

En la medida de lo posible usamos madera. Entre los atributos de este recurso natural destaco que garantiza bajas emisiones y es fácilmente renovable. Además, combinado con la producción de energías limpias, como la fotovoltaica, resulta una herramienta clave para reducir las emisiones de carbono y el calentamiento global. Estos fueron los objetivos claves fijados en la Conferencia de las Naciones Unidas, COP 21 de París, en 2015.

Ourânia Building. Arquitectura: Studio MK27 - Marcio Kogan + Suzana Glogowski. Interiores: Studio MK27 - Diana Radomysler + Pedro Ribeiro. Paisajismo: Rodrigo Oliveira. PH: Fernando Guerra/Gentileza MK27.

¿Cómo elige su equipo de trabajo? ¿Qué aptitudes se requieren para trabajar en su estudio?

Soy fan de mi equipo. Todos los arquitectos y arquitectas participan activamente en los proyectos. No es que yo sea el jefe, se trata de un verdadero esfuerzo en equipo, una suerte de grupo de expertos que persigue un objetivo. El estudio tiene una profunda cultura de trabajo centrada en el diseño y la supervisión del proyecto, que bordea el perfeccionismo enfermizo. Sufro TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), y esto muchas veces nos lleva a trabajar ad eternum en los pequeños detalles para que el resultado final sea lo más cercano posible a como lo imaginamos al inicio.

¿Cómo define el ADN de MK27?

Simplicidad. Comodidad. Elegancia.

¿Le gustaría vivir en una de sus casas de diseño?

Me gustaría vivir en SC Photographic Studio, un estudio de fotografía especializado en gastronomía. La entrada, a través del jardín lleva a un portón corredizo de metal que crea una continuidad total entre el vacío central y el espacio exterior. El espacio principal del estudio se corta por una pasarela de hormigón suspendida desde el techo que conecta dos cajas de madera y configura una vista general interior. Mi área favorita es la planta baja, que alberga las tiendas y una cocina técnica donde se elaboran los platos para las fotos.

¿Cuáles son las claves para una arquitectura democrática? ¿Realizarías obras para vivienda social?

Tener un sistema político, económico y social que apoye esta dirección. Brasil está repleto de excelentes oficinas de arquitectura que, lamentablemente, rara vez son llamadas a colaborar. Los proyectos públicos hechos en Brasil cuestan una fortuna y están mal construidos tanto arquitectónica como técnicamente. Eso es tirar el dinero y no lo puedo soportar.

Hotel Patina Maldives. Arquitectura: Studio MK27 - Marcio Kogan + Renata Furlanetto . Interiores: Studio MK27 - Diana Radomysler + Pedro Ribeiro. Paisajismo: Vladimir Djurovic. PH: George Roske/Gentileza MK27.

¿Qué influencias reconocés? ¿El modernismo brasileño por ejemplo?

Cuando cursaba en la universidad odiaba el modernismo brasileño. En ese momento, los maestros nos empujaron a seguirlo como una doctrina. Pero yo estaba mucho más interesado en lo que pasaba en la escena internacional: el Centro Pompidou, Archigram. Unos años más tarde comencé a comprender el poder de nuestra arquitectura modernista. No solo por Oscar Niemeyer, sino por varios otros arquitectos como Lucio Costa, Affonso Eduardo Reidy, Burle Marx, Villanova Artigas, João Filgueiras Lima, Rino Levi… Luego se unieron Lina Bo Bardi y Paulo Mendes da Rocha. Comencé a admirar profundamente el modernismo de Brasil. Y la arquitectura del estudio se vio cada vez más influenciada por él, obviamente reconsiderándolo de una manera contemporánea.

¿A quién reconoce como maestros dentro de su formación?

Durante mis años de estudiante de arquitectura me preocupaba más el cine, el arte y la literatura. Estaba obsesionado con Ingmar Bergman, poco después me volví fanático del cine underground y experimental estadounidense de los años '60 y '70. Fellini y Jacques Tati habían completado mis influencias básicas. Cuando comencé a trabajar como arquitecto en el mundo real, descubrí que necesitaba una comprensión más profunda y terminé convirtiéndome en un gran adepto del modernismo brasileño que me intrigaba mucho. ¿Cómo podría un país que estaba totalmente aislado del mundo producir una arquitectura de tanta calidad? Estaba Niemeyer, también Lucio Costa (Parque Guinle y Ministerio de Salud y Educación), Affonso Reidy (Pedregulho), Rino Levi (Sul America Bank) , Lina Bo Bardi (Casa de Vidrio – The Glass House), Vilanova Artigas (Edificio Louveira). Mies van der Rohe puede ser mi Dios. La nueva arquitectura japonesa también ilumina mis ojos.