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Siete momentos para volar con Miyazaki

A sus 80 años, el director japonés, responsable de títulos como Mi vecino Totoro y El viaje de Chihiro, será homenajeado en el museo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas con una retrospectiva. Cómo será la exposición que repasará la carrera de uno de los animadores más importantes del cine.

Por Tomás Eliaschev

08.01.2021

La figura de Hayao Miyazaki se agiganta. Es un verdadero mago de la imaginación, un creador que llevó los dibujos animados a la máxima expresión artística y poética, con vuelo filosófico y belleza incomparable. Su nombre es sinónimo del arte de la animación. Cada vez más personas alrededor del mundo conocen la obra del animador nacido en Japón hace 80 años. Los nuevos admiradores se sorprenden y los iniciados ratifican su convicción. Las opiniones son unánimes: Miyazaki es considerado como el más destacado animador vivo, a la par de lo que fueron Walt Disney, cuyo imperio es indiscutible, o Osamu Tezuka, el padre del anime.

Pese a que anunció varias veces su retiro, Miyazaki -nacido el 5 de enero de 1941 en Tokio- está preparando una nueva película para el estudio Ghibli, que creó hace más de tres décadas, y planea terminarla en 2023. Mientras, el reconocimiento le llega de todos lados: sus películas son vueltas a estrenar en su país natal con rutilante éxito; en China pasan por primera vez sus obras y conquista al público del gigante asiático; en el resto del mundo, incluyendo nuestro país, sus filmes son parte esencial de la oferta de las plataformas de streaming.

En Estados Unidos, el nuevo museo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas -la de Hollywood, la de los premios Oscar- lo eligió para homenajearlo con una retrospectiva en su apertura. La pandemia hace que la espera se prolongue. Iba a abrir sus puertas en diciembre pasado. La próxima fecha anunciada para su inauguración es septiembre de 2021.

Imageboard para Mi vecino Totoro. Gentileza Academy Museum.

La muestra está organizada alrededor de siete ejes y permite sumergirse de manera integral en la obra de Miyazaki. Está integrada por cientos de storyboards (guiones gráficos) dibujados a mano, diseños de los personajes, ilustraciones que usan como paisajes de fondo, posters y clips de los filmes proyectados a gran escala, además de instalaciones. El valioso material nunca fue exhibido fuera de Japón, en donde desde el año 2001 funciona el Museo Ghibli.

Un dato clave para entender la importancia global de Miyazaki: la exhibición estará acompañada de una publicación de casi 300 páginas con ilustraciones y textos, entre ellos un ensayo de Pete Docter, el creativo de Pixar y Disney, director de Monsters, Inc, UP, Intensamente y Soul. Es notable la influencia de Miyazaki en Pixar primero y ahora ya en toda la división creativa de Disney. Una señal de esa pasión es el cameo en Toy Story 3 de Totoro, el más icónico de los personajes creados por Miyazaki.

El viaje comienza con la galería de “El túnel de árboles”, el pasadizo natural que recorre Mei, una de las niñas que protagoniza Mi vecino Totoro (1988). El recorrido sigue en la sala titulada “Crear personajes”, en la que se puede ver el proceso que lleva al diseño de inolvidables personajes, como la mencionada Mei y su hermana Satsuki. Esta ventana a la imaginación de Miyazaki permite conocer cómo se gestaron otras protagonistas también, como las de La princesa Mononoke (1997) y Kiki, servicio a domicilio (1989). Aquí se verifica una de las marcas del director: la gran importancia que le otorga a los personajes femeninos, de distintas edades.

Imageboard para Ponyo. Gentileza Academy Museum.

El trayecto continúa con la sección “Realización” que se focaliza en sus inicios, en los años 60’ y 70’. En este espacio se destaca el rol de Isao Takahata, fallecido en abril de 2018. Fue su maestro, compinche, socio creativo y competidor amistoso: era el único con el que podía medirse. Juntos hicieron la conocidísima Heidi, la niña de Los Alpes y Marco, de los Apeninos a Los Andes, historia que transcurre gran parte en la Argentina. En este sector hay un especial homenaje a la primera de las obras donde el gran creador realmente hizo lo que quiso: Nausicaä, del Valle del viento (1984), que se sitúa en un futuro distópico, con un fortísimo mensaje en defensa del medio ambiente. Esta película prefiguró toda la obra posterior y dio lugar a la creación del Estudio Ghibli.

En la sala “Creando mundos” se evocan las dimensiones fantásticas de Miyazaki, como la casa de baños termales para espíritus de El viaje de Chihiro (2001), película premiada con Oscar. Se trata de una alucinante edificación de arquitectura tradicional japonesa a la que asisten criaturas místicas dispuestas a limpiarse y relajarse con aguas aromáticas. Además, esta sección propone una mirada debajo del mar a través de Ponyo y el secreto de la sirenita (2008), una de sus obras más lisérgicas que da su versión de la historia que creó Hans Christian Andersen y, muchos años después, popularizó Disney. Aquí se subraya el contraste entre los ambientes bellos, pacíficos y naturales y locaciones industriales dominadas por la tecnología, como sucede en El Castillo en el cielo (1986), con pincelazos de steampunk, otra de las recurrencias de Miyazaki. Se trata del estilo que imagina máquinas retrofuturistas, como gigantescos aviones mecánicos a vapor al estilo de la Revolución Industrial europea, época en la que transcurren varias de sus historias. En este punto sucede uno de los momentos más destacados de la muestra: es la instalación “Mirador del cielo”, dedicada a una contemplación panorámica que invita a meditar y observar el mundo desde arriba. El vuelo es uno de los temas omnipresentes en Miyazaki, como en Porco Rosso (1992) y El viento se levanta (2013).

La sección “Transformaciones” da cuenta de las asombrosas modificaciones de los personajes, como sucede con Sophie, la protagonista de El Castillo vagabundo (2004), o con las mutaciones de la naturaleza a causa del accionar humano en Nausicaä. Sigue con el “Bosque Mágico”, donde hay una instalación llamada “Árbol madre”, que hace referencia a los árboles oníricos, portales a otros universos, que aparecen en muchas de las películas. Para finalizar, se sale por un portal al estilo del que atraviesa Chihiro para volver a la vida real. Al salir de la muestra el espectador habrá recorrido un viaje iniciático por la belleza y la desbordante imaginación del inmenso Miyazaki.

Foto de portada: imageboard para El castillo en el cielo/Gentileza Academy Museum.