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Animación china: todo empezó con un mono

El mono no es un animal cualquiera para la mitología china: es una criatura antropomórfica y mitológica encarnada en Sun Wukong, el Rey Mono. Esta es la historia de su paso por el cine animado de la región.

Por Tomás Eliaschev

13.07.2021

En la búsqueda de su propio estilo los creadores de piezas animadas chinas recurrieron asiduamente a la rica mitología del país para alimentar su imaginación. Desde los inicios hasta la actualidad, las películas más relevantes - tanto para la crítica como para el público en general- están relacionadas con tradiciones folclóricas milenarias. Esa herencia provee el marco en el cual se desarrolla la acción que da lugar a profundas reflexiones filosóficas y políticas.

El profesor de estudios chinos en la Universidad de Florida, Sean Macdonald, en su libro Animation in China. History, aesthetics, media (Animación en China. Historia, estética, medios), parafrasea a Walt Disney, que afirmó que lo único que esperaba era que no se perdiera de vista que todo había comenzado con un ratón, en referencia a Mickey Mouse: se puede decir que para la animación china todo comenzó con un mono. No es un animal cualquiera, sino una criatura antropomórfica y mitológica: Sun Wukong, el Rey Mono, un personaje que tiene poderes sobrenaturales, como la posibilidad de hacer 72 transformaciones y que le discute de igual a igual a los dioses. A lo largo de la historia ha tenido múltiples representaciones: del relato oral al libro y a partir de ahí todo tipo de representaciones: óperas, obras de títeres de papel, historietas, películas con actores, videojuegos y múltiples representaciones en la animación.

Sun Wukong es el protagonista de la película considerada el punto cúlmine de la era de oro de la animación china, Dà nào tiān gōng, traducida al inglés como Havoc in heaven o Uproar in heaven (Estragos en el cielo o Escándalo en el cielo), producida por el estudio fundado por el gobierno, Shanghai Film Animation Studio. A ciencia cierta, se trata de dos películas. La primera parte fue terminada en 1961 y la segunda en 1964. Recién fueron exhibidas a finales de los ‘70, como una sola película. Generaciones de niños de los ‘80 y ‘90 crecieron viéndola.

Uproar in Heaven fue dirigida por Wan Laiming y producida por él mismo, junto a sus hermanos, a quienes se los conoce como los Hermanos Wan. Su estética está inspirada en la Ópera de Beijing, algo que se nota en la cara pintada del protagonista y los colores vibrantes que usa. Ya las historietas (manghua) de Zhang Guangyu habían tomado esa influencia. Fue este artista quien hizo el diseño de arte de la película. Los fondos de estilo tradicional chino los hizo su hermano mellizo, Zhang Zhengyu.

En el film se destaca la fluidez del movimiento, los diseños y los espacios de gran escala pintados al estilo de la Dinastía Tang, con pluma y tinta. Pareciera que no alcanzan los ojos para apreciar paisajes como los que proponen en la Montaña de la Frutas y las Flores donde reían el Rey Mono, en el fondo del océano en el palacio de Ao Guang, el rey dragón del Mar del Este o en el palacio en las nubes del Emperador de Jade. La iconografía tradicional china tiene una presencia permanente a la vez que muestra rasgos vanguardistas.

La película está basada en los primeros ocho capítulos de Viaje al Oeste, uno de los cuatro libros clásicos, como se conoce a un conjunto de obras de enorme trascendencia en China. Fue publicada en 1590 y atribuida al erudito Wu Cheng'en, aunque su autoría está puesta en discusión: estas mismas historias, situadas en las épocas de la Dinastía Tang (618-907), se venían contando desde hace tiempo atrás. El libro relata una versión mítica de los viajes que realizó una persona real, el monje budista Xuanzang, llamado Tang Sanzang en la película, que fue hasta la India de donde regresó con textos religiosos. En la novela, se suman a su travesía tres aprendices, entre ellos Sun Wukong, que para algunos estudiosos, podría estar inspirado en Hanumán, el dios mono venerado por los hindúes que aparece por primera vez mencionado en un texto épico del siglo III A.C. Los primeros capítulos, cuentan la historia del mono, antes de conocer al monje.

La figura de Sun Wukong se mantuvo vigente a lo largo de los siglos. En los palacios de China, se contaba en las óperas, mientras que el pueblo lo conocía a través de los títeres. Y tuvo presencia mucho más allá de China, empezando por Japón: el pintor Tsukioka Yoshitoshi publicó una serie de grabados en 1865 titulada “Un moderno Viaje al Oeste”. La popularidad de Sun Wukong en Japón se puede ver en la gran cantidad de apariciones en una multiplicidad de producciones animadas, entre ellas el popular animé Dragon Ball, donde el protagonista es Goku, que no es otro que el Rey Mono.

La primera película animada china, Tieshan gongzhu (Princess Iron Fan en inglés, La Princesa de Hierro), hecha por los hermanos Wan de 1941, está basada en un capítulo de la novela Viaje al Oeste. Según cuenta Macdonald, Laiming dijo que se inspiró en Blancanieves de Walt Disney para diseñar a la princesa. El Rey Mono que presentan es más infantil, asimilable a los personajes de otros hermanos famosos de la animación, los Fleischer, creadores de Popeye y Betty Boop.

En los ‘50, al calor de la Revolución de 1949, y en un clima de creciente antiimperialismo, la Ópera de Beijing dejó de tener la impronta palaciega y presentó obras que dialogaban con la nueva época. De ahí viene una reivindicación de la rebelión de Sun Wukong contra la corte del Emperador de Jade, donde predominan la burocracia feudal y las conspiraciones palaciegas. En la novela, Buda lo termina castigando por haber generado un desastre en el cielo y decide encerrarlo por 500 años dentro de una montaña. Pero en la ópera se obviaba lo que pasaba después de la destrucción del palacio. Así, ponían el énfasis en rebelión del Rey Mono, que vive en una montaña boscosa cuidando de sus monos, y que se enfrenta contra la burocracia celestial. Lo mismo sucede en la película animada.

El Rey Mono tuvo continuidad con otras producciones de Shanghai Film Animation Studio: en 1979, se estrenó la heredera directa de Uproar in heaven. Se trata de Nézhā or Núozhā (tiene versión subtitulada al español, titulada Nezha conquista al Rey Dragón), basada en un príncipe maldito proveniente de la mitología budista y taoista que ya aparecía en Uproar in Heaven. En 1981, Sun Wukong hizo una nueva aparición con Ren Shen Guo (La fruta de ginseng). En 1985 la animación china llegó al escenario internacional con Jinhou jiang yao (The Monkey King conquers the Demon o El Rey Mono conquista al demonio), que participó del festival de Annecy. Estas tres películas, estilísticamente, tienen mucho que ver con la de los ‘60, a lo que se suman algunos diseños de personajes más realistas y gags de estilo hollywoodense.

En 2015, al calor del renacimiento de la animación china salió El Rey Mono, el héroe está de regreso, que si bien tiene fallas en el guión y los personajes caen en algunos lugares comunes “pochocleros”, tiene algunos momentos que revolucionaron la escena de la animación del país. Continuando la estética de los videojuegos, recrea lo que cuenta Uproar in Heaven, con un nivel digno de los mejores animés de la vecina Japón. La película se sitúa luego de los 500 años que pasa el Rey Mono castigado por Buda. Para muchos, fue la comprobación de que una rama nueva estaba brotando del árbol muerto. El público la amó. Y puso a China nuevamente en el escenario internacional de la animación.

Para constatar la vigencia del Rey Mono, se puede recurrir a dos ejemplos recientes: en febrero de 2022 se realizan las Olimpíadas de invierno en Beijing. Uno de los símbolos del evento deportivo, es Sun Wukong, que es el protagonista de una publicidad junto a otros personajes animados. El otro ejemplo es la aparición de Sun Wukong en New Gods: Nezha Reborn (Nuevos dioses: el renacimiento de Nezha), de 2021, una novedosa interpretación de la mitología china, con elementos de los géneros steampunk y cyberpunk. La película generó muy buenas críticas al aggiornar el personaje de Nezha en un escenario retrofuturista, en un contexto de guerra de clanes mafiosos en una ciudad que es una mezcla de Shangai con Manhattan estilo década del 20. Uno de los personajes más atractivos es una versión libre de El Rey Mono, que se sigue recreando hasta el infinito.