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El Renacimiento de la animación china

El país asiático está recuperando el prestigio internacional en el mundo de la animación. La mitología milenaria y las leyendas son los componentes fundamentales en la actualidad del donghua o "animé chino".

Por Tomás Eliaschev

15.06.2021

Cuando se menciona la animación proveniente del Lejano oriente se suele pensar en Japón o, los más entendidos, pueden llegar a nombrar Corea del Sur. La situación está cambiando. Cada vez tiene más presencia el donghua o “animé chino”. Las creaciones animadas del gigante asiático tienen una larga tradición y, de a poco, comienzan a hacerse ver por el resto del mundo mientras consolidan su buen momento en la taquilla local, pese a la pandemia. La animación china vive su propio Renacimiento.

China recupera el prestigio internacional que supo ganar el Shanghai Animation Film Studio (SAFS) en la primera parte de la década del '60, cuando lograron combinar masividad y calidad en lo que se conoce como la etapa de oro de la animación del país, profundamente enraizada su arte y mitología. Una serie de producciones recientes retoman esa senda, con elementos aggiornados y la profundización de la búsqueda por un estilo propio.

A mediados de junio tiene lugar el Festival de Cine de Animación de Annecy, uno de los más prestigiosos encuentros dedicados a la animación. Se realiza e la ciudad del sudeste de Francia desde hace seis décadas. En esta oportunidad, uno de los países en donde se centrarán las miradas es la República Popular China.

La Serpiente Blanca

Desde el primer festival en que se otorgaron premios hubo presencia de producciones hechas en el gigante asiático. Hay dos momentos en los que hubo lagunas en la participación china: durante la Revolución Cultural (1966-1976), época en la todas las producciones se dedicaron a la propaganda política explícita, y durante las reformas de mercado de la década del '90 y principios del milenio, donde hubo una profusión de contenidos muy vistos pero con pocas aspiraciones estilísticas.

En los últimos años, se hizo notar un universo muy amplio de producciones, con nuevas camadas de creativos que retomaron la senda de los fundadores de la animación china. Las mitologías milenarias se combinan con la tecnología computarizada de última generación.

En el festival francés compite en la categoría mejor largometraje Jiang Ziya: The Legend of Deification (Coloroom Pictures, 2020), de Wei Li y Teng Cheng. Se trata de una película inspirada en la novela clásica La Investidura de los Dioses. El despliegue visual es impresionante y su éxito en las boleterías solo pudo ser frenado por la pandemia. Las aventuras del guerrero y de una niña espíritu de zorro se conectan con una larga tradición de recurrir a las historias y personajes forjados alrededor de los siglos, como es el caso de Jiang Ziya. Este mismo estudio hizo en 2019 la película de animación más vista en la historia de China, Nezha, también basada en un personaje que aparece en la misma novela y que es parte de la mitología.

Big Fish & Begonia

En los años recientes se hicieron notar en Annecy películas chinas que tienen un alto vuelo artístico y permiten trazar un panorama del interesante y promisorio estado de la animación del país asiático. En la selección 2017 del festival estuvo presente Big Fish & Begonia (Enlight Media, 2016), de Liang Xuan y Zhang Chun, una película que recuerda a las del estudio Ghibli. La fantasía tiene una fuerte dosis de surrealismo con elementos de la estética tradicional china, paisajes esplendorosos.

En 2018 estuvo presente Scissor Seven, nominada en la sección de mejores series de TV. Con componentes fuertemente locales pero con un lenguaje muy internacional y con muchas reminiscencias al anime Naruto, la tira es un verdadero suceso.

En 2019, fue seleccionada La Serpiente Blanca (2018), de Amp Wong y Ji Zhao, también basada en una leyenda milenaria que ha sido llevada a la ópera, el cine y la televisión. Con una estética que por momentos remite a los mejores momentos de las princesas y villanas de Disney, la reciente versión animada logra una propia personalidad, abriendo a Occidente el conocimiento de toda una mitología complejísima y atrapante.

La Leyenda de Hei

En la edición del año pasado, que fue completamente virtual, participó en la categoría mejor largometraje La Leyenda de Hei (Beijing Han Mu Chun Hua Animation y MTJJ Animation, 2019.), de Zhang Ping (MTJJ). En ella aparecen rasgos que remiten a La princesa Mononoke, del director Hayao Miyazaki, como la defensa del medio ambiente frente a la depredación humana y los espíritus de los bosques. Se trata de una precuela de una serie que MTJJ había difundido a través de una plataforma de streaming y que adoptó múltiples formatos en las redes.

Hasta ahora, ninguna logró conseguir en Annecy lo que consiguió en 1962 el corto Xiao kedou zhao mama ("¿Dónde está mamá?"), de Te Wei y Chien Chia-Chun, que ganó en la categoría mejor corto infantil. Fue producido por el Shanghai Animation Film Studio y es una animación hecha al estilo del pintor Qi Baishi, famoso por la sutileza de su trazo y por el uso de la tinta para reflejar la naturaleza. Las aventuras de un grupo de renacuajos que buscan a su madre están relatadas con una belleza y simpleza conmovedoras. Si bien el corto no tiene subtítulos ni doblaje, pero las imágenes permiten seguir el relato. Por eso, es muy usado para enseñar el idioma. Y sigue siendo una clase de animación. Las nuevas generaciones también bucean en esas fuentes para protagonizar su momento.