Por Nicolás Mancini

06.03.2023

Antes que nada, un aviso: este artículo aplicará el método científico más o menos como nos lo enseñaron en el colegio. Habrá algo parecido a una hipótesis formulada a través de datos que responderá a algo que intentará ser comprobado mediante pruebas, buenas pruebas. Tras los Oscar del 12 de marzo nos enteraremos si se trata de un enunciado verificado o de si dejamos vía libre para que estas palabras se pierdan tranquilamente en el viento. Pero todo esto es pura cháchara en comparación con el verdadero sostén de las afirmaciones venideras cien por ciento desprendidas de una tarea inobjetable, irrefutable e irrebatible: la más pura adivinación.

Falta poco para los Oscar y los puntos ya están sobre las íes. Está todo dispuesto. Servilleta en falda, tenedor en mano, vaso lleno. 10 películas flotan en el éter a la espera de acomodarse, por qué no, en algún polvoriento y recóndito lugarcito de la Historia del cine. Hay de todo: de acción, secuelas, biopics, comedias, odas al cine. Porque el 2022 se trató de eso: de odas al cine. Revisiones constantes de lo que alguna vez fue el séptimo arte con fuerte énfasis en la nostalgia y el poder de lo analógico. En un santiamén vienen a la mente The Fabelmans, Nope! y… la de Sam Mendes, tres que dejaron anticuadas a Licorice Pizza, Once Upon a Time… in Hollywood y alguna que otra más.

The Fabelmans de Steven Spielberg. Gentileza UIP.

El Oscar llegará, como ya hace varios años, en medio de un complejo contexto de cuestionamientos. ¿Son los premios realmente importantes? ¿Las películas nominadas merecen estar allí? ¿Es todo un circo mediático? Mientras más creíamos en la inminente desaparición de los galardones de la Academia de Hollywood, Will Smith le pegó un saque a un colega en medio en plena transmisión ante la mirada atenta (o no) de millones de personas. Sin querer queriendo, toda esta parafernalia encontró hace muy poco tiempo buenos aires que incitan a que sigamos apostando por el espectáculo. El show debe continuar y está muy bien.

Pero antes hablamos de adivinación y, sin ánimos de sugestionar a nadie como la vidente de Cleo de 5 a 7, ni de arruinar ningún prode, vamos a ello. En los Oscar del 12 de marzo, 10 títulos pelearán por ser la Mejor Película; 5 actores y 5 actrices harán lo mismo en sus respectivas categorías de interpretación; 5 directores (si se cuenta a los Daniels como una persona única e indivisible) se medirán en la de Mejor Director; 10 libros, 5 adaptados y 5 originales, pelearán el top en Mejor Guion y 5 películas internacionales verán quién gana el reducido mundialito del cine. Nuestro análisis adivinatorio tenderá a lo variado: desde hace varios años, con alguna que otra excepción, se puede decir que cada película nominada se lleva algo a casa, y abarcará el big five -más la yapa de la película extranjera-. Empezará con lo menos popular, guion, y terminará con el momento que todo el mundo espera: el final de la ceremonia.

Everything Everywhere All at Once de la dupla creativa Dan Kwan y Daniel Scheinert. Gentileza Amazon Prime Video/A24.

Existe un 30 por ciento de probabilidades que la categoría de Mejor Guion Original se la lleve The Banshees of Inisherin (Los espíritus de la isla). Son tantas las cosas que se pregunta su director y guionista, Martin McDonagh, en su ácida historia de amistad, que el jurado de Venecia quedó embelesado. El inglés se llevó los reconocimientos del festival italiano, pero también el de los BAFTA, la Asociación de Críticos Norteamericanos (NBR), el Círculo de Críticos de Nueva York, la Asociación de Críticos de Chicago y los ninguneados Globos de Oro. ¿Por qué no hacerlo el 12? Eso sí: The Banshees no figura en las nominaciones del premio del Sindicato de Guionistas (WGA), como sí lo hacen Todd Field, por TÁR, y los Daniels, por Everything Everywhere All at Once (Todo en todas partes al mismo tiempo), las otras dos que pueden llevárselo. No hay que menospreciar para nada el premio mayor de la WGA, que fue concebido para la película de los Daniels. Con su primo hermano, el Mejor Guion Adaptado, está más difícil, pero teniendo en cuenta las premiaciones anteriormente mencionadas, parece que será un duelo cabeza a cabeza entre Sarah Polley y Miriam Toews, por Women Talking (Ellas hablan), y Lesley Paterson, Ian Stokell y Edward Berger, por All Quiet on the Western Front (Sin novedad en el frente). Las primeras se llevaron el de la WGA.

¿Está todo cantado en Mejor Actor y Mejor Actriz? Probablemente mucho más que el estribillo de la sesión de Bizarrap y Quevedo. Aunque todo puede pasar (el paragüas hay que abrirlo igual). De los hombres no saldrá de Brendan Fraser (The Whale), Colin Farrell (The Banshees of Inisherin) y Austin Butler (Elvis), y de las mujeres no saldrá de… Cate Blanchett (TÁR). Que el clamor popular y el premio del Sindicato de Actores (SAG) no los engañe: el pueblo pide el reconocimiento máximo de la industria para Fraser como alguna vez lo hizo con Leo DiCaprio. El galardón, de llegar, sellará su retorno a las grandes ligas al mejor estilo Michael Keaton. Pero Farrell viene arrasando: le dieron la Copa Volpi y lo reconocieron los críticos de Nueva York, de Chicago y la Asociación de Críticos Norteamericanos, entre otros. Por otro lado, no es menor que Butler se haya llevado el BAFTA y el Globo de Oro, dos buenas copas previas a los Oscar. Blanchett, por su parte, arrasa en cada premiación que pisa, con alguna que otra aparición de Michelle Yeoh (Everything Everywhere All at Once), la segunda en la carrera que, además, viene de quedarse con el SAG.

Colin Farrell en The Banshees of Inisherin, de Martin McDonagh. Gentileza Feedback PR/The Walt Disney Studios.

Mejor Dirección. Mil perdones, pero acá la cosa se complica. Sí, todo tiende a que se lo llevarán Dan Kwan y Daniel Scheinert (los Daniels) porque son los que más premios ganaron en la temporada por su trabajo en Everything Everywhere All at Once, pero lo cierto es que está todo repartido. Teniendo en cuenta las categorías debatidas anteriormente, en esta se puede hacer un ejercicio de deducción por descarte: si la cosa va a estar muy repartida, ¿por qué no destinar este premio a un film que no venga arrasando? Para cuando llegue la categoría de Mejor Director es muy probable que The Fabelmans (Los Fabelman) no vaya arrasando, así que no sería para nada alocado (sumando el tema que aborda la película) que Steven Spielberg reconfirme que es el mejor.

Cuenta la leyenda que Gary Lineker, leyenda del fútbol inglés, dijo alguna vez: “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania”. Lamentablemente, todo parece indicar que esa frase será trasladada al cine en la categoría de Mejor Película Internacional en la que compite nuestra querida Argentina, 1985. Que All Quiet on the Western Front esté nominada en la categoría principal y haya destruido los BAFTA y sea antibélica en un contexto bélico y tenga una factura técnica impresionante y sea de Netflix, le da un lugar extremadamente ventajoso respecto al de la argentina. Eso sí: no hay dudas de que la de Santiago Mitre es la segunda en posibilidades, dejando muy atrás a la belga Close. La campaña es fuerte: el Instagram de Axel Kuschevatzky, su productor, no miente. Estrellas de renombre en la industria hollywoodense, entre las que se encuentran por ejemplo Pedro Pascal y los hermanos Russo, velaron por ella. También ganó en los Globos de Oro, los Satellite Awards y los Goya. Además, el antecedente es prometedor: en 2013 le ganamos a una alemana (La cinta blanca) que venía rompiéndola en temporada, incluso habiéndose llevado la Palma de oro. Esperemos que todo esto alcance y quien sea que saque el papel del sobre hable mejor español que Tarantino.

Ricardo Darín y Peter Lanzani protagonizan Argentina, 1985 de Santiago Mitre, nominada a Mejor Película Extranjera. Gentileza Amazon Prime Video.

Ahora sí, llegamos al final y sin cortes comerciales. No hay de qué quejarse. Probablemente a esta altura hayamos atravesado una soporífera ceremonia que, de no haber ocurrido algo como lo de Will o lo que todos queremos, olvidaremos al instante. Las diez seleccionadas son: Avatar: The Way of Water (Avatar: El camino del agua), The Banshees of Inisherin, Everything Everywhere All at Once, The Fabelmans, TÁR, Elvis, Women Talking, All Quiet on the Western Front, Top Gun: Maverick y Triangle of Sadness (El triángulo de la tristeza). Esto sí es verdaderamente complicado. Mucho más que Mejor Director. Los premios de los Críticos de Nueva York, de Chicago, el NBR, los BAFTA, los Critics Choice Awards y los Globos de Oro les entregaron sus mayores reconocimientos a películas diferentes. Fueron, en este orden, TÁR (Los Ángeles también), The Banshees of Inisherin, Top Gun: Maverick, All Quiet on the Western Front, Everything Everywhere All at Once y The Fabelmans. A decir verdad, lo más probable es que el premio de la Academia no salga de acá. Me aventuraré entonces -porque de eso se trata- a armar un top 3 en orden de corazonadas: 3) The Fabelmans; 2) The Banshees of Inisherin; 1) Everything Everywhere All at Once.

El nivel, a diferencia de otros años -como el pasado, por ejemplo- es bastante bueno. Todo indica que, de no mediar catástrofe, nos acordaremos más de la película que gane el Oscar este año que de CODA. O por lo menos alguna de la lista quedará en nuestra memoria. ¿The Fabelmans, por ejemplo? Porque la taquilla y el gran espectáculo jugó, y jugó fuerte: Top Gun y Avatar: El camino del agua, dos titanes de las boleterías, podrían ganar la estatuilla… y estaría más que bien; McDonagh y Field nos acercaron a eso que podemos llamar cine de autor accesible; los Daniels demostraron que el cine indie está más vivo que nunca (no dejar de ver Swiss Army Man); los muchachos y muchachas de All Quiet… comprobaron que las buenas remakes existen; Mitre que es importante hacer cine y Spielberg que la mayoría de sus discípulos mencionados anteriormente hicieron bien en mirarlo.

Foto de portada. TÁR de Todd Field. Gentileza UIP.