TEATRO: Hielo negro

Hielo negro de Luciana Acuña y Luis Biasotto, con dirección de Luciana Acuña./Gentileza: Departamento de Prensa CTBA

Esta nueva versión de Hielo negro contiene todas las anteriores. El color blanco, la textura, el frío, la nieve y sus consecuencias. El cuerpo comandando la acción, el lenguaje físico duro y brutal. Las palabras, textos sencillos y escuetos; las historias, inventadas.
Hielo negro es una obra creada por dos amigos, dos creadores que ya no están.
Autores que, como fantasmas, se hacen presentes en la representación.
Autores que murieron en el pasado y vuelven disfrazados de presente. La lógica del sueño parece reinar en Hielo negro: un teatro disfrazado de teatro, unos cuerpos tomados por otros cuerpos, una obra poseída por otra, dos autores que están vivos y muertos a la vez.
¿Cómo hacer teatro después de la muerte? ¿Cómo hacer teatro con fantasmas?
La tradición no es exactamente nueva, los ballets siempre se alimentaron de los espectros: las sílfides, Giselle, las willis, el espectro de la rosa, los cisnes, el padre de Hamlet, ¡Shakespeare!
Aunque Hielo negro, más allá de reflejarse en ese pasado, por sus mecanismos de representación, se posiciona de forma contundente dentro de la escena contemporánea.
A partir del presente, no toca temas del presente, sino que el presente es un punto de partida, y no un punto de referencia. Un punto de partida inevitable hacia la abstracción, hacia la muerte.
Lejos de ser una obra que reflexione sobre el tema de manera discursiva o documental, Hielo negro trabaja directamente con la materialidad propia de la ficción. Se ubica entre esa ficción y su propio origen. En ese pequeño intervalo, en ese limbo donde todas las ficciones son posibles.

Funciones de viernes a domingos a las 20 horas, hasta el domingo 4 de diciembre.
Teatro Sarmiento-Avda. Sarmiento 2715