Por Cecilia Molina
The Praxis Journal conversó con el curador-librero, Carlos Ávila, de la Fundación Proa. Es licenciado en Letras de la Universidad Central de Venezuela y Magíster en Literaturas Española y Latinoamericana de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente, cursa el Doctorado en Literatura Latinoamericana y Crítica Cultural en la Universidad de San Andrés. Le gusta escribir sobre literatura, música y arte.
Esta librería y tienda de diseño es uno de los lugares más lindos de la Ciudad de Buenos Aires, situada en La Boca, forma parte de una institución icónica, referente indiscutida de la cultura material. Dirigida por Adriana Rosenberg, quien además fue la fundadora de la editorial Rosenberg-Rita junto a Jorge Romero Brest. Por tanto, no es casual el preponderante espacio que se le ha otorgado a los libros.
Es una sala de doble altura, donde columnas, cemento, vidrio e iluminación son protagonistas junto a los libros que se muestran en largas hileras. Al entrar, por momentos, da la sensación de estar en un laberinto lineal, no por su diseño sino por la cantidad de títulos que pueden hallarse en el lugar. Rosenberg ha confiado la curaduría del espacio a este apasionado librero e investigador, poseedor de una calidez de otro tiempo. Con gran cuidado, Ávila busca destacar a las mejores editoriales, armar diálogos con las exhibiciones de la institución y hacer sentir al visitante que encontrará allí lo que nadie miraría con atención, un descubrimiento al fin.
¿Cómo es tu historia con el universo de los libros, tu primer acercamiento en tu trabajo con ellos?
Soy un lector tardío. Crecí en una casa sin biblioteca, de modo que mi primer acercamiento a los libros fue, si puede decirse así, instintivo. Más tarde, profundicé el vínculo en las clases de la Universidad.
¿Qué priorizás para elegir los libros que se presentan en Proa: autores, editoriales o temáticas?
Nos interesan en especial los títulos que editan los sellos pequeños. A muchas de las llamadas editoriales independientes todavía las mueve la pasión y el riesgo.
Dado que es una librería ubicada en un espacio de una institución. ¿Hay algún libro, autor o editorial que suele ser más buscado por sus visitantes?
Al estar dentro de un espacio dedicado al arte contemporáneo, el público que visita la librería busca mayormente libros relacionados a este tipo de expresiones. Los catálogos que edita la Fundación son muy buscados; asimismo, libros de teoría y crítica de arte.
¿Cuál ha sido el mayor desafío que enfrentaste como curador de la librería?
Tal vez abarcar la mayor cantidad de disciplinas posibles. El espacio, al no ser tan amplio, nos exige ser minuciosos al momento de decidir qué títulos adquirir y exhibir.
¿Podés compartirnos una experiencia gratificante que hayas tenido con autores, con lectores o, para hacer más animistas, con el libro como un personaje más de la librería?
Siempre es gratificante recibir nuevamente a un cliente que ha vuelto a agradecer una recomendación y a llevarse otra.
¿Vi en la página de Proa que tienen una sección dedicada a la compra online, utilizás el mismo criterio de selección que el que empleas para la librería física o representa otro tipo de desafío y otra mirada curatorial?
En la tienda online tienen preponderancia los catálogos de la Fundación. Sin embargo, cada mes elegimos una nueva editorial para exhibir en el centro de la librería y ofrecer sus títulos con descuento; nos preocupamos por que dicho sello también tenga visibilidad en la tienda online.
¿Se organizan eventos – acciones en la librería? ¿Estos están vinculados específicamente a las exposiciones que se presentan en sus salas o son independientes?
Hemos hecho actividades en torno a las muestras. En el marco de la exhibición Antropoceno, por ejemplo, presentamos en el jardín de PROA21 El sonido de las plantas, un libro bellamente editado por Dobra Robota. Durante la misma exposición, se llevó a cabo un debate en el Auditorio con los autores de Clima, un título colectivo de El gato y La Caja. La idea es seguir acompañando las muestras con este tipo de actividades.
¿Cómo interactúa la librería con la comunidad artística y también con la comunidad local, específicamente de La Boca?
Las librerías más cercanas se hallan en San Telmo; muy posiblemente esta sea hasta en este momento la única librería de La Boca. Tenemos clientes del barrio, que nos visitan cada fin de semana. En cuanto a las actividades con la comunidad artística y local, éstas son constantes y se promueven no sólo desde la librería sino también desde los distintos espacios que conforman la Fundación.
¿Qué género te interesa más? ¿Ensayo, poesía, ficción o libros de artistas experimentales?
Me interesa mucho la ficción escrita en Latinoamérica; pero últimamente también estoy leyendo mucho ensayo.
¿Hay algún libro que consideres que no ha sido tan reconocido por la crítica y el público y que para vos tenga un lugar especial en la historia editorial?
Creo que Libertad Demitrópulos es una autora capital de la literatura argentina que debe leerse aún más, ahora se han reeditado sus libros nuevamente. Asimismo, durante este mes, recibimos de la editorial Fondo de Cultura Económica, Poesía completa (1958-2008) de Joaquín Giannuzzi, una poética imprescindible, disponible en una bella edición que tiene prólogo de Fabián Casas.
Exhiben también piezas de diseño de autor. ¿Cómo las seleccionan y a quienes tienen planeado exhibir en el futuro?
Recibimos propuestas de emprendimientos locales. Intentamos dar espacio a la mayoría. Muchas veces, exhibimos una marca de joyas o lámparas, por ejemplo, durante seis meses. Al cabo de ese tiempo, ofrecemos el espacio a otra marca.
¿Tienen en su tienda online e-books, creés que ha crecido el consumo de los mismos o se sigue manteniendo la lectura sobre papel a pesar de los costos más elevados de estos últimos?
Nuestra experiencia con los libros en formato digital ha sido inestable. Puede que durante la pandemia hayamos registrado el mayor nivel de consumo. Sin embargo, no es un formato que tenga especial salida al menos desde este espacio.
Por último, ¿qué te gustaría sumar como proyecto a este fantástico espacio para la comunidad de lectores de Proa?
Me queda invitar a conocer el lugar a quienes todavía no lo han hecho. Durante los últimos años ha sido visible en la zona el incremento de espacios dedicados al arte contemporáneo. La librería de Proa es una de muchas razones que existen para visitar el barrio de La Boca.
Librería - Fundación Proa
Av. Pedro de Mendoza 1929
Miércoles a domingos de 12 a 18hs.