La muestra Alberto Churba “Diseño Infinito” en el Museo de Arte Decorativo es la primera retrospectiva del autor, creador, diseñador y artista que marcó el camino de la vanguardia. Textiles, vidrio soplado, mobiliario y pinturas digitales comprenden el universo Churba, una usina creativa en constante transformación.
Por Vivian Urfeig
07.08.2025
Alberto Churba, el diseñador infinito, el artista y referente de la vanguardia argentina es el protagonista de su propio hito. La inauguración de su primera retrospectiva marca un antes y un después que llega con 93 años recién cumplidos. No es menor el dato porque el maestro que transformó el diseño local y regional rara vez se dejó ver en exposiciones o actividades culturales ligadas al arte. Pero sucedió el milagro. El clima de fiesta que se respiraba la noche de la inauguración se coló por todos los rincones del Museo de Arte Decorativo. Allí, hasta el 12 de octubre seguirá en pie Alberto Churba, Diseño Infinito. Y allí, en el imponente Palacio Errázuriz, el rey del diseño brilló con luces propias. Atildado, gentil, con paso firme y esa generosidad inmensa, Churba agradeció a todos. Pero en verdad, todos le agradecieron a él por su legado monumental.
Pionero del diseño moderno argentino y figura clave de la escena internacional, Churba participó en la selección de piezas que se organizan por ejes temáticos: abarcan desde las décadas del 60 al 80 y además, sus pinturas digitales recientes que nunca había mostrado.

Reconocido por instituciones como el MoMA de Nueva York, el Victoria and Albert Museum de Londres, la Smithsonian Institution de Washington D.C. y el ICSID, además de los principales museos nacionales, Churba encarna una forma de modernidad proyectada desde el Sur: no como periferia, sino como centro de innovación. Gentileza: Satsch Gallery.
La muestra llevó meses de largas charlas entre el autor y los curadores, Sandra T. Hillar y Wustavo Quiroga. Juntos, eligieron piezas de mobiliario, alfombras icónicas, cristalería, textiles y obras inéditas, como los cuadros que rodean a uno de sus hitos, el sillón Cinta. Desarrollado entre 1968 y 1969 y realizado en madera laminada curvada, su estructura continua unifica asiento, respaldo y apoyabrazos. El Cinta forma parte de la colección permanente del Victoria & Albert Museum de Londres y del MoMA de Nueva York. En 2024 integró la exposición “Crafting Modernity: Design in Latin America, 1940–1980”. Y no deja de sorprender: por su resolución que esconde las costuras y por su lenguaje geométrico que sigue vigente.
“Diseño infinito nombra esa práctica sostenida, que no se agota en la respuesta a una función, sino que ensaya, en cada caso, un equilibrio complejo entre materiales, proporciones, color, estructura y expresión. Su capacidad proyectual no responde a estilos ni a sistemas cerrados, sino a una lógica de creación en expansión. Su obra es una versión propia y vigente del diseño como forma de cultura”, señalan Hillar y Quiroga, los curadores que lograron el sí quiero del reconocido creador formado en Bellas Artes.

“Desde los años 60, Churba desarrolla una obra que explora múltiples soportes —mobiliario, alfombras, textiles y cristales— con igual profundidad técnica y estética. Sus alfombras vibran como superficies ópticas”, comentan los curadores Sandra T. Hillar y Wustavo Quiroga. Piezas de la Colección Satsch Gallery. Gentileza: Satsch Gallery.
El detrás de escena: cómo convencer a un referente
Cuando recibió la carta de invitación del Museo Nacional de Arte Decorativo, firmada por su director Hugo Pontoriero, para realizar una gran muestra retrospectiva, Alberto Churba se sorprendió. Preguntó, con modestia: “¿A quién puede interesarle esto?”. Sandra Hillar y Wustavo Quiroga cuentan, con cierto asombro, que Churba “no imaginaba que su obra —tan ligada a lo cotidiano, al trabajo colectivo, al diseño como forma de vida— pudiera ser motivo de atención pública”. Una reunión llevó a otra. Los encuentros se sucedieron en su casa de San Isidro. “Conversamos mucho sobre su trayectoria, revisamos archivos, recuperamos piezas, escuchamos historias. Fue encontrándose, también, con que muchos de sus objetos —textiles, cristales, muebles— habían pasado a ser piezas de colección, buscadas y valoradas por quienes veníamos investigando y preservando su legado”, agregan. Y destacan “su enorme flexibilidad y participación activa en la selección de obras, y las decisiones curatoriales. Trabajamos en forma articulada, el equipo curatorial, la galería Saatch (productora de la muestra), su entorno personal y el equipo del museo”, repasan.
“Lo que al principio parecía un gesto simbólico terminó convirtiéndose en un proyecto vital. No fue un homenaje a distancia, sino una construcción conjunta. Esta muestra es fruto de ese encuentro: entre el diseñador y su tiempo, entre generaciones, entre instituciones y afectos”, dicen.

Los vidrios, irrepetibles, condensan una alianza excepcional con la artesanía. Piezas de la Colección Satsch Gallery. Gentileza: Satsch Gallery.
Destacados inoxidables
Los textiles también cuentan sus propias historias entramadas en la producción de Churba. “La mayoría de las personas necesitamos ambientes estimulantes y facilitadores que nos animen a desarrollar nuestras potencias creadoras”, señala el autor que produjo piezas que dialogan a otro nivel. Realizadas en telar manual, con 160 mil nudos por metro cuadrado, requerían hasta tres meses para su confección meticulosa y con técnicas propias. Fueron exhibidas, entre otras instituciones, en el Instituto Di Tella y en el Smithsonian Institute (EE.UU.).
Los diferentes motivos que desarrolla entre los años 60 y 80 traducen procedimientos de la pintura óptica y el arte geométrico al campo textil. Lo hace mediante variantes en la altura de pelo, colores, degradés y modulaciones tonales que activan la superficie como campo perceptual. “Cada alfombra produce una vibración enriquecida con resoluciones que remiten al op art y al cinetismo, sin abandonar su vocación de uso”, apuntan los curadores.
La narrativa de Churba trasciende con lenguaje propio. Con tonos refinados, con una voz propia y sutil que nunca grita: susurra apenas porque se destaca por sí misma.

Piezas de la Colección Satsch Gallery. Gentileza: Satsch Gallery.
En el Salón de Baile del museo se ubican las piezas de vidrio soplado en forma artesanal. Una decisión curatorial que subraya la materialidad y los colores de la colección que creó Churba en colaboración con Cristalería Querandí. Esta producción se da a partir de 1972, cuando el diseñador empieza sus exploraciones materiales con el vidrio. Casi como un ritual investigaba el alcance de su creatividad junto a los operarios de la cristalería. Oficio e intuición fueron los puntos de partida para la producción de piezas que fueron desarrolladas a partir de un sistema de colores primarios, más blanco opalino y negro. El autor los aprendió a combinar con precisión para obtener nuevas gamas, superposiciones y transparencias. El cristal fue una plataforma visual desde la cual produjo objetos decorativos con resoluciones técnicas exigentes, que se potenciaban con la luz. El gesto artesanal y la exploración del color destacan su vocación por la industria y los oficios artesanales.

Cristales diseñados por Alberto Churba, piezas de la colección Satsch Gallery. Gentileza Satsch Gallery.
Por otra parte, las pinturas digitales inéditas hablan de su formación en artes visuales, pero también de sus inquietudes actuales. Churba inició su formación en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano, luego en la Prilidiano Pueyrredón y la Escuela Ernesto de la Cárcova. Interesado en un soporte contemporáneo, estas obras dejan atrás los óleos y carbonillas de su juventud para innovar y experimentar con el Photoshop.
Esta decisión coincide con su adn. Su estudio CH, que funcionó hasta los 90 en Cabildo y Juramento, fue considerado un faro, un laboratorio creativo único para toda la región y un punto de referencia de la vanguardia en el corazón de Belgrano, que se proyectaba a Latinoamérica y el mundo.
“En un mapa global donde el diseño se narró principalmente desde el norte industrial y funcionalista, Churba se inscribe en otra genealogía. Como Lina Bo Bardi, Gego u Oscar Niemeyer, su obra dialoga con movimientos internacionales, pero propone una identidad singular desde América Latina”, destacan Hillar y Quiroga, para quienes su noción del diseño como pensamiento transversal transformó la historia local.
Foto de portada: Alberto Churba. Gentileza: Satsch Gallery.