LITERATURA: El amor blanco

Portada "El amor blanco"/Gentileza: Híbrida Editora.

Una pareja va a pasar unos días a una isla para estar juntos o para estar solos. ¿Cuál es el clima ideal para el amor, cuál es el paisaje? Acá el aire pesa, las nubes tapan el sol y por momentos el río, marrón, cubre el pasto. El agua, en todos sus estados, es una influencia permanente. Sobre todo cuando está en el aire, haciendo más densa la atmósfera. Pero también cuando está quieta, estancada. O cuando se mezcla con la tierra y se vuelve barro.

Si se apoya la oreja en la tierra se escucha el galope de sus teclas: lo que Agustina Frontera escribe no estalla; viaja a través de materiales sólidos.

La narradora disecciona como observadora y protagonista las posibilidades de un amor que se empantana. Analiza la elección que su novio hace de los quesos, el tiempo que pasa con el celular, sus propios manotazos de ahogada. Mientras, la dieta del amor se desbalancea y todo se pone cada vez más blanco. Como el cielo cuando se nubla, el azúcar, la luz que encandila y las cosas que hacen mal.