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Los jardines de Monet en Giverny


Por Vivian Urfeig

Los jardines de Monet en Giverny

Los jardines de Monet en Giverny

Los jardines de Monet en Giverny

Los jardines de Monet en Giverny

Si a París se la conoce como la Ciudad de la Luz, a Giverny como el pueblo de Claude Monet. Apenas a una hora y media de la Torre Eiffel, hacia el noroeste, los jardines tapizados de flores exóticas y la laguna con sus plantas acuáticas invitan a desacelerar el paso. Si se logra vencer la compulsión a contemplar esos cuadros vivos sin la mediación de una pantalla entonces se llegará a una conclusión: Monet pintaba exactamente lo que veía.

La casa de postigos verdes se funde con el paisaje. Restaurada y acondicionada, hoy es la Fundación Monet. Allí vivió el artista impresionista desde 1883 hasta 1926. Del abandono en que la encontró al cuidado y la restauración que inició para transformarla en su fuente de inspiración queda un escenario pintoresco. La cocina, la sala de lectura conocida como el Salón Azul, el comedor ambientado con muebles amarillos y la vajilla azul, el mismo color de los azulejos, y múltiples cacharros y utensilios de cobre.

El espacio que hoy es conocido como la Fundación Monet fue la casa que habitó el artista Claude Monet entre 1883 y 1926. Gentileza Civitatis

El viaje en el tiempo, puertas adentro, permite espiar por todas las ventanas la dedicación de Monet por las composiciones del paisaje. Cada circuito es una oportunidad para detenerse frente a los árboles o las curvas de los estanques. Y recordar sus cuadros más famosos. La serie Los Nenúfares (1897), cuyos originales se encuentran en el Museo de la Orangerie de París, permiten apreciar las variaciones de color que investigó el artista: el paso de las horas o el cambio de estación. Pero también la enfermedad de cataratas que lo llevó a pintar “borroso”.

Monet proyectó el jardín botánico en donde hoy conviven distintas especies, entre las que se pueden apreciar Gingkos Bilova, narcisos y tulipanes. Gentileza Civitatis.

Caminar entre flores, abejas y aves por los mismos senderos donde Monet se pasaba horas y horas pintando permite apreciar el juego de contrastes que aplicó en cada lienzo. Los reflejos del sol y el cielo en el agua, el puente verde rodeado de bambúes, arces, peonias, lirios blancos y sauces sumerge a los visitantes en una auténtica escenografía oriental. “Después de la muerte de Monet en 1926, su único hijo, Michel, heredó la casa, las obras y los grabados japoneses. Pero tras su muerte en 1966 la casa pasó a ser de la Académie des Beaux Arts. Tras conseguir financiación, en 1980 se volvieron a abrir las puertas como Fundación Monet”, señala Alex, guía de Civitatis, la empresa que organiza las excursiones. También, cita un dato curioso: “Entre los jardineros que cuidaban las plantas había uno en especial que se ocupaba de secar las gotitas de lluvia de las hojas”.

Obsesionado por la plantación en hileras para componer cuadros vegetales vivos, con perspectivas y puntos de fuga, Monet proyectó el jardín botánico y vivero con especies raras. En el predio que rodeaba la casa logró una auténtica paleta multicolor de 15 hectáreas que hoy están protegidas bajo la figura de Monumento Histórico. Gingkos Bilova, narcisos y tulipanes dialogan con los senderos, el icónico puente, la casa con ventanas verdes y el campo donde pastan las vacas. Monet estaría orgulloso de una de sus mejores obras, que trasciende en el tiempo, transformándose en cada estación.

Fundación Monet
84 Rue Claude Monet, Giverny
Horario: 9.30 a 18.30
Tel : +33 (0) 2 32 51 28 21
contact@claudemonetgiverny.fr
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Todas las imágenes son gentileza de Civitatis