Nuevos paradigmas

El heterodoxo despegue audiovisual de Hernán Casciari: “No tengo idea lo que dice el sistema, prefiero divertirme haciendo cosas”

¿Cómo hacen 1961 personas para producir una sola película? Hablamos con Hernán Casciari, el escritor que lidera el mundo Orsai, sobre el universo de La uruguaya, el primer proyecto audiovisual producido y estrenado gracias a su comunidad.

Por Nicolás Mancini

29.08.2023

La uruguaya y La uruguaya son como el meme de Spider-Man. Se señalan una a otra. Estamos hablando de la novela de 2016 de Pedro Mairal y de la adaptación cinematográfica recientemente estrenada por Ana García Blaya, Hernán Casciari y la comunidad Orsai.

La historia va de Pereyra, un escritor cuarentón que no está pasando el mejor momento con su esposa y se va de escapada a Uruguay a retirar unos dólares que le pagaron por adelantado para escribir unos textos. Del otro lado del charquito, Pereyra tiene todo arreglado para encontrarse con “Guerra”, una mujer que lo flechó en el pasado. Y no decimos más, por las dudas.

El método de financiación de La uruguaya es poco ortodoxo: 1961 miembros de la comunidad Orsai compraron bonos de 100 dólares, consiguieron los 600 mil necesarios para realizar la película y recuperaron la inversión con las ganancias del proyecto. Esos 1961 productores participaron en ciertas tomas de decisiones consecuentes de eternas sesiones de Zoom con productoras, Casciari, García Blaya y demás. Usaron una aplicación en la que todos y todas votaron como en un congreso y fueron comunicando las buenas nuevas en un podcast de La uruguaya. El proceso resultó tan potable que ahora Orsai está produciendo al menos ocho películas más, entre ellas una dirigida por Diego Peretti, otra de Tamara Tenembaum y una sobre la vida del “Dibu” Martínez.

Hernán Casciari, dueño de un exitoso blog que lleva su nombre, publicó sin y con su editorial Orsai varias novelas, como por ejemplo Más respeto, que soy tu madre y El pibe que arruinaba las fotos, así como también recopilaciones de cuentos, como Messi es un perro y otros cuentos o España, perdiste. Gentileza prensa Analía Sánchez.

Pero volvamos a La uruguaya.

Como el Había una vez… en Hollywood de Quentin Tarantino, la película dirigida por Ana García Blaya, que, vale adelantar, fue un éxito de público y salió triunfante en festivales como por ejemplo el de Mar del Plata, le contesta a la novela de Mairal.

La decisión más notoria del audiovisual tiene que ver con el cambio de punto de vista; la otra -y, quizás, la más importante- con la mano que mece la cuna: la elección de Blaya como realizadora. “Cuando Pedro (Mairal) nos cedió los derechos para hacer la peli nos dijo ‘por favor pongan una directora porque la novela tiene mucho olor a huevo’”, le dijo Casciari a The Praxis Journal.

Que Ana García Blaya -que había gustado por su ópera prima, Las buenas intenciones- fuera la directora resultó clave, ya que de casualidad se encontraron con una conocedora del mundillo Orsai. “Surgió de parte de una inquietud de que no salga todo muy machirulo, muy masculino, muy mayor de 45. Me pareció una buena idea llena de generosidad de Pedro porque nos pusimos a buscar inmediatamente una directora y cuando dimos con Ana supimos que era ella, porque no solamente que es mujer sino que es feminista. Feminista militante. Y eso hace que la mirada de la novela haya sido muy revisada, no por una cuestión de convertirla en algo políticamente correcto si no en todo lo contrario, que pueda debatir la peli con el texto. A mi me parece excelente la idea de que la película sea una respuesta al libro y que si ves la película y no leíste el libro y después lo lees, el libro también es una película”, explica Casciari.

La uruguaya fue financiada gracias a que 1961 miembros de la comunidad Orsai compraron bonos de 100 dólares. Luego recuperaron la inversión con las ganancias del proyecto. Gentileza prensa Analía Sánchez.

¿Cómo se reflejó el raro proceso de producción de La uruguaya en el resultado final a nivel artístico?

Ana cuenta que trabajó con mucha libertad, no sé cuánto de eso es una concesión que nos hace. Realmente trabajó con mucha libertad. El trabajo de este sistema está bueno en serio. No pensé que iba a estar tan bien. Cuando lo inventé dije ‘ojalá que funcione económicamente, que salga algo digno’ pero no pensé que iba a ser tan divertido como sistema de trabajo. Realmente salió bien y de hecho por eso estamos haciendo ocho películas más. Me parece que el equipo de trabajo cinematográfico profesional dirigido fue muy rápidamente a buen puerto. Sin Ana hubiera sido difícil. Con un director o una directora que no hubiera entendido qué cosa es Orsai habría sido más complicado. Porque el trabajo del cine es muy jerárquico, muy solitario, muy de puertas para adentro. Yo notaba que a alguna jefa de departamento le costaba un poco que hubiera 1900 personas mirando el backstage. Ana lo llevó a un lugar increíble porque ella es muy Orsai también, entendió perfectamente por dónde íbamos. Ahora es más fácil, la primera siempre queda de referencia. Estamos muy cancheritos.

¿El cine condiciona de alguna manera a la literatura?

Siempre pasa. La imagen tiene un poder dentro del cerebro muy fuerte que una novela literaria al no tener te impulsa a que uses la imaginación. Cuando ves una película es muy difícil que vos te puedas sacar esas caras a la hora de leer el libro. El asunto me parece que no tiene resolución.

La novela y la película te mencionan a vos y a Orsai. ¿Hubo un acuerdo de intertextualidad con Pedro Mairal?

Los escritores escribimos cosas que nos pasan y nuestros amigos están al lado. Somos amigos desde hace mucho tiempo, entonces aparecemos solapadamente en la novela desde mucho antes de que supiéramos que íbamos a hacer una película con eso.

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A esta altura, vale como apéndice recordar que el estreno de La uruguaya coincidió con el revuelo social de las elecciones primarias en Argentina -las PASO- y con las reiteradas manifestaciones de los representantes del partido triunfante acerca de que, de ganar las elecciones definitorias en octubre, una de sus primeras decisiones sería cerrar el INCAA.

Al clima caldeado del pueblo cinéfilo se le sumó un tuit “en broma” de El Pampero, productora independiente que desde hace años hace -como Casciari- películas por fuera del instituto (el tuit era una promoción de Clorindo Testa, el último film de Mariano Llinás, y un texto que se jactaba de haber sido concebida por fuera del sistema). La “broma” fue tan cuestionada que, algunas horas después, El Pampero salió a pedir disculpas. Entonces…

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Teniendo en cuenta el contexto actual, ¿cuál es tu opinión sobre el debate que se generó sobre las manifestaciones de La libertad avanza y el INCAA?

Por hacer películas o proyectos culturales fuera del sistema no tengo ni idea lo que dice el sistema. No consumo debate. Cuando estás mucho tiempo debatiendo cosas haces menos. En la mesa de debate, la teoría se pone re al frente de tu cabeza y después mirás para atrás y no hiciste una garcha. Yo no debato nunca con nadie, prefiero divertirme haciendo cosas. No sé qué dicen del INCAA, no sé qué no dicen, no estoy ahí. Sé que Ana es muy fan del INCAA y que le molesta cuando yo digo ‘hicimos esto sin pedirle nada al Estado’, y Ana que es medio peronista dice ‘no, pero el Estado está bien’. Me chupa un huevo, yo hago cosas y no es político lo mío.

¿Y ahora qué novela soñás adaptar?

El año del desierto me gusta mucho. Es carísima y tendremos que dar todavía algunos pasos para tener pantalones largos y poder encarar una superproducción.

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Casciari, dueño de un exitoso blog que lleva su nombre, publicó sin y con su editorial Orsai varias novelas, como por ejemplo Más respeto, que soy tu madre (que fue al cine y al teatro) y El pibe que arruinaba las fotos, así como también recopilaciones de cuentos, como Messi es un perro y otros cuentos o España, perdiste. Muchas de ellas fueron llevadas por otros al teatro.

Como parte del despegue audiovisual de Orsai se encuentra el proyecto Cinco pelis, que engloba un quinteto de filmes que serán financiados del mismo modo que La uruguaya, pero con más socios. En el sitio oficial de Orsai aseguran que cuatro serán vendidos a plataformas y uno se la quedarán “para ir a fondo”. Y, como en la película de García Blaya, invitan a todos a sumarse: “Ustedes pueden ser socios del proyecto y recibir las ganancias de las ventas. Así funciona Cinco pelis”.