Design frontiers

Fundación IDA: el archivo de diseño que late fuerte

La institución lanzó su plataforma de comunicación sobre el acervo de diseño nacional que atesora más de 700 mil piezas.

Por Vivian Urfeig

05.11.2019

El diseño argentino ya tiene quién lo conserve. La Fundación IDA (Investigación en Diseño Argentino) atesora más de 700 mil documentos en un búnker de Colegiales, donde se organizan y clasifican piezas emblemáticas. Entre cajas, percheros y contenedores en este quirófano de la identidad nacional se registra el legado de las distintas disciplinas agrupadas en cuatro áreas: Diseño Industrial y de Producto, Diseño Gráfico, Comunicación Visual, Diseño de Indumentaria y Textil y Pensamiento y Gestión.

“Un archivo es un sistema que lo soporta en un determinado contexto histórico, sino es un álbum de figuritas”, señalan enfáticos Marina Baima y Wustavo Quiroga, diseñadores industriales, al frente de la tarea titánica. Empezaron hace 5 años, pero 2019 fue el punto de inflexión que marcó su presentación en sociedad, con miras a constituir el primer museo de diseño del país. A través de financiación pública y privada (el Fondo Nacional de las Artes y el Institute for Studies on Latin American Art en Nueva York y convenios con universidades), persiguen el ambicioso objetivo de relevar, promover y difundir las huellas de una disciplina dinámica.

En silencio y con la precisión de un cirujano, los profesionales que restauran y ponen en valor las piezas utilizan guantes de látex para manipular los materiales. El cuidado y el respeto por el material son los pilares de la fundación que parte de consignas claras a la hora de definir qué es catalogable y qué no. “Si encierra un desarrollo conceptual, propone una estrategia o una solución y genera una mejora estética con derrame social entonces consideramos esa pieza para documentarla e iniciar su fondo patrimonial”, detalla Quiroga. Así, cada hallazgo es producto de un proceso de investigación que lleva a la fundación a ponerse en contacto con la familia de determinado autor para articular la donación. Luego, la pieza pasará por el quirófano, se pondrá en valor e integrará el sistema que volverá a la sociedad en un formato accesible, didáctico e informativo.

Profesionales, estudiantes, investigadores, escritores y docentes recurren al fichero de IDA para analizar maquetas, fotos, afiches, catálogos, bocetos, programas de exposiciones, muestras y obras de teatro, trípticos institucionales y revistas. La paleta de objetos y materiales es multicolor. Entre las perlitas, el emblemático y repatriado sillón BKF de Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy, realizado a finales de la década del ’30. “El prototipo lo donó la familia de Bonet y volvió de Barcelona. Rescatamos su estructura de hierro oxidada, y la funda realizada con lona de camión. Este dato, el estudio sobre la morfología de la funda, nunca había salido a la luz”, explica Baima. Además, la producción gráfica para el Instituto Torcuato Di Tella de los años 60 y proyectos complejos de la década del 70 como la base Marambio en la Antártida Argentina del Centro de Proyectos Avanzados (CEPAD), de Mario Mariño y los ingenieros Pedro Backis y Héctor Ferrari. O la comunicación del Multimedio SRT de Cachoito De Lorenzi, Mario Eskenazi, Raúl Pascuali, Luis Siquot.

Baima y Quiroga cuentan con el respaldo de asesores que contribuyen con su visión y experiencia desde distintas disciplinas. Norberto Chaves (concepto), Rubén Fontana (gráfico y comunicación visual), Hugo Kogan (industrial y de producto), Kika Tarelli y Susana Saulquin (indumentaria y textil) y Gabriela Baldomá (conservación y restauración) son los referentes que respaldan a la fundación.

“Nos interesa generar conexiones y trabajos en cascada, por eso apuntamos a una base de datos abierta, con distintos niveles de acceso. Desde nuestras plataformas demostramos que no somos una institución estática. Todo lo contrario”, enfatiza Baima. A través del newsletter y redes sociales se refrescan efemérides inoxidables. El Día de la Industria, por ejemplo, repasaron la historia de Noblex desde sus campañas publicitarias. Para el Día del Niño, en cambio, se puso en valor la historia de Juvelo, un juego para armar patentado en 1958 por Jacobo Glanzer y comercializado desde 1962. Bajo el eslogan “el juguete que construye juguetes”, permitía montar un sinfín de estructuras a través de nudos plásticos y varillas de madera.

La hora de las mujeres

Entre los proyectos actuales, la fundación indaga sobre el acervo de diseñadoras mujeres. Renata Schussheim, Fany Fingerman, Susi Aczel, Angela Vasallo, Lucrecia Moyano son algunas de las voces a recuperar. “Ampliamos el panorama y surgen mujeres que fueron opacadas por las estructuras de la época. Es difícil dar vuelta ese modelo histórico, un entramado de cuestiones psicológicas donde las propias diseñadoras se negaban a mostrar sus archivos. Hay un trabajo importante de reivindicación de contexto”, anticipa Baima y plantea: “Hay que cambiar el paradigma: El archivo permite promover las capacidades de innovación, promueve procesos que crean puentes hacia otros modos de producción”.

Procesar la información y rescatar el ADN del diseño son apenas algunas de las herramientas que ofrece este archivo en constante evolución.