El pasado 16 de marzo fue la encargada de cerrar la Bienal de Performance. Siempre fiel a su línea, Marta Minujín, la artista visual más popular de la Argentina, sigue encontrando en la escala mayor un sello distintivo. Tecnología, pétalos que caen del cielo, un helicóptero en pleno vuelo y la experiencia de la diferencia humana sobre la faz de la tierra, son cuatro de los cinco elementos que dan forma a Encuentra tu opuesto. El quinto, por supuesto, es ella misma.
15.04.2024
“Conseguí que hicieran una aplicación. Vos vas a Apple Store y ahí aparece una que dice Marta Minujin”, me explica al comenzar esta entrevista, antes de que pueda siquiera enunciar la primera pregunta. Está ansiosa por hablar sobre Encuentra tu opuesto, el evento que involucra a esta empresa, y que es una suerte de red social polarizada que busca incompatibilidades de carácter entre personas de todo el mundo. Empezando en el aire de la virtualidad, esta performance concluyó en el aire celestial, con la intervención de un helicóptero lanza pétalos que la tuvo de tripulante. No es difícil imaginarla en ese momento, mirando su obra desde arriba, aunque detrás de esos perpetuos Rayban, los ojos de Marta no parecen ver lo que ven sino un poco más allá. “Las mujeres van a ir a la luna”, avizora visionaria, en una suerte de trance que se eleva por sobre nuestra conversación y va a parar al corazón de la Era de acuario, ese espacio tiempo hipotético donde toda libertad será posible. Pero no hay futuro que exista por sí mismo, claro, sino que por definición es dependiente de lo que deja atrás. Y aunque por momentos Minujín se fastidie cuando mis preguntas van hacia el pasado, es motor de su obra reformularlo una y otra vez. Por ejemplo, a través de su trabajo con los mitos universales, cuando recostó el enhiesto obelisco en 1978 (cuya fecha de erguimiento data de 1936) y alimentó el deseo de continuar haciéndolo con la Estatua de la Libertad, la Torre Eiffel, las Pirámides de Egipto. Esa reformulación horizontalista de la historia pronto llegará al viejo barrio de La Boca, donde un montaje de la Torre de Pisa la mostrará caída. Con Encuentra tu opuesto, el pasado que se cuela no es mítico, sino biográfico: las incompatibilidades manifiestas entre las diversas personas que participaron son como ecos de su propia experiencia amorosa, la de una larga relación con un hombre que en nada se le parecía. Al preguntarle con qué daremos al visitar la app, Marta responde: “Hay una serie de preguntas que son, por ejemplo: ¿qué orientación política tenés?, ¿qué te gustaría hacer en vacaciones?, etc. Preguntas para encontrar tu alma opuesta.Yo estuve muchos años con un economista de la OEA que no tenía nada que ver conmigo, yo soy terriblemente desordenada, él era ordenado. Era mi opuesto. Nos gustaban diferentes películas. En las vacaciones a uno le gustaba el mar y a la otra la montaña.Todas esas preguntas que se le hace a la gente, te dan un color y ese color marca cuál es tu opuesto. Así fue que el 16 de marzo, en el Puente de la Mujer quienes asistieron se encontraron en Puerto Madero con su opuesto”.
¿Había alguna condición sobre cómo tenía que asistir la gente a la performance?
La gente fue vestida de blanco o de negro. Y yo desde un helicóptero les tiraba pétalos de flores blancos y violetas, o negros, blancos y violetas. Y esa fue la performance.
Hiciste algo similar, pero buscando el alma gemela, ¿verdad?
Sí, hace ocho años. Ya fue. Esta última la hice en la Bienal de la performance a donde vinieron artistas de todo el mundo. Vos también lo podías hacer por ejemplo desde Madrid. Si lo hacés te va a marcar qué color es el tuyo y también podés fijarte en qué parte del mundo te encontrás con tu opuesto a través de la aplicación.
Pero finalmente entiendo que la opuesta es la gemela porque estuviste muchos años con alguien muy opuesto a vos…
No, no, no. Yo viví con mi alma opuesta toda la vida, pero no quiere decir que a todo el mundo le guste vivir con alguien tan distinto. ¿Qué hace una carnívora con un vegano? La va a visitar y hay olor a churrasco, ¿cómo lo compagina? Por ejemplo, ir al cine a ver películas: a uno le gustan de guerra y a la otra romántica, ¿cómo hacés? Toda la vida es una elección. Bueno, contestá las preguntas y después me decís.
¿Por qué en el Puente de la mujer?
Porque es afirmar también la mujer. ¿Por qué se llama el Puente de la Mujer? Tenés que averiguar por qué se llama así. Pero en Puerto Madero hay muchos nombres de todas las mujeres revolucionarias que hubo, o que se distingueron por algo.
¿Seguís pensando como hasta hace unos años que se viene un movimiento importante en el arte de la mano de las mujeres?
Posiblemente en el siglo que viene las mujeres sean las grandes protagonistas, como antes eran los hombres en el impresionismo, en el cubismo, en los distintos movimientos, ya en la década del ‘60 empezamos las mujeres a emerger con fuerza -si bien había artistas pintoras no las había con un concepto revolucionario-, aparecen muchas como Judy Chicago, Susan Sontag, aparezco yo, Yayoi Kusama. También grandes literatas que antes no eran tan reconocidas. Madame Curie. Interminable hablar de las mujeres. Pero en el siglo que viene, van a ser totalmente protagonistas las mujeres arquitectas, las mujeres presidentas, las mujeres todo. Las mujeres van a dirigir el mundo. Un mundo más pacífico, porque ya que le salga un cuerpo de su cuerpo... Van a ser sensibles a las durezas de esta realidad. Las mujeres van a ir a la luna. Y van a viajar a otros planetas. Todo este tema.
¿Tuviste relación con las feministas de los ‘70 durante tu estadía en Nueva York?
Yo no era feminista concientemente. Yo siempre fui de vanguardia, rebelde contra todo. Inventé los overoles porque la gente no te veía el cuerpo y podías ser hombre o mujer. Ahora no tengo ganas de hablar del pasado, no me gusta.
¿Qué tema o concepto buscás desarrollar a partir de la Torre de Pisa que tenés pensado hacer próximamente en La Boca?
El concepto es primero llevar a La Boca, para la gente que no ha podido viajar a Italia, uno de sus monumentos más famosos. Yo quiero cambiar su dirección en el espacio, ya que vivimos en una época multidireccional donde todo cambia constantemente como ha pasado desde el año 2000. Todas las redes han desplazado a los diarios y revistas porque cualquier cosa se sabe inmediatamente. Todo el mundo está conectado y por el whatssap se hablan personas desde todas partes del mundo. Es tan inusitado el cambio con todos estos chicos que hoy día tienen esa educación con las computadoras. Va a ser un gran avance para el mundo para aliviar enfermedades, porque va a ser una sociedad globalizada. El concepto de la Torre de Pisa es acostarla más porque todo el mundo está esperando que se caiga. Y también para tener un punto de vista diferente. Y revestida con botellas de agua mineral, que a todo el mundo le hace falta. Los inmigrantes tienen problemas con el agua. Las botellas de agua vacías, el último día la gente las va a poder agarrar y cambiarlas por botellas llenas de agua mineral. Así van a ver ese agua que toman y compararla con la contaminada que sale de la misma tierra. También va a haber una fuente de agua mineral, de la que la gente va a poder tomar todo el tiempo. Y los de La Boca van a estar contentísimos, porque la mayor parte de la gente es de origen italiano.
También representaste acostado al obelisco en 1979, como ahora a la torre…
En 1978 lo presenté en la Bienal de Arte latinoamericano de San Pablo. Era el obelisco de Buenos Aires tal cual, de setenta y cuatro metros de largo. Al otro año, lo hice con 30000 pan dulces falsos que después la gente los cambiaba por verdaderos. Eso fue en la Feria de las naciones de Plaza Italia.
¿De qué buscabas hablar en ese momento, con esa obra?
De la teoría de la relatividad: todo cambia de acuerdo al punto de vista de donde ves las cosas. La perpendicularidad ya no existe. Yo quería inclinar los símbolos de todo el mundo, de hecho lo hice. Como va a pasar en La Boca con la torre, al final termino dándole agua gratis a la gente, como en ese caso del obelisco fue con los 30000 pan dulces. Todo 30000. Pero el Partenón de libros prohibidos que hice en Alemania tuvo más, 70000 libros.
En 1981 viniste a la Argentina, no la pasaste bien en esos años…
Sí, me persiguieron y también me persiguieron en el Di Tella, cuando estaba el grupo Tacuara, porque mi padre era judío y mi madre católica. Ya cuando cerró el Di Tella, en el ‘69 o ‘70, que yo venía a la Argentina de vez en cuando, querían secuestrar a mi hijo. Recibí un telegrama, me decía: le vamos a cortar el cuerpo con gillette. Todas cosas horribles. Me intervinieron el teléfono y me amenazaban. Yo era hippie hasta ese momento y pasé de hippie a andar con traje cerrado y sombrero. Ahí empecé con los anteojos.
Que no te sacaste nunca…
No. Primero lo hice para que no me reconozcan. Soy popular desde toda la vida. Pero en ese cambio yo era hippie y de hippie me volví como un caballero.
En algunas entrevistas te escuché hablar de la importancia que tiene para vos vivir y morir en el arte. ¿Qué significa esto para vos?
Y significa que Picasso murió a los 94 años trabajando, está Julio Le Parc que tiene 95, está Yuyo Noè. Nosotros los artistas no tenemos edad para crear, creamos siempre. Y cuando dicen “todavía trabaja”, ¿¿cómo?? Vas a morir trabajando. Vivir y morir trabajando. Yo nací artista. Desde los ocho años. En primero superior dije “Voy a ser artista”, y tenía cinco o seis. Y Guillermo Kuitca también. Muchos artistas nacemos sabiendo lo que queremos y tiramos todo abajo con tal de poder realizarnos. Yo hice muchísimos happening para despertar a la gente de su inercia. Y esto que hago ahora.
Portada: Menesunda PH: Sol Navedo