Procesos creativos

Jazmín Adler: "En un proyecto curatorial no puede faltar la creatividad"

Es docente, curadora e investigadora. Hoy se concentra principalmente en la relación entre artes y tecnologías.

Por Daniela Quintana

23.12.2022

Jazmín Adler creció en una familia con un padre ingeniero electrónico y una abuela que es historiadora del arte. A veces el destino crea intersticios en donde se gestan nuevos caminos. La biblioteca de la abuela Rosita llamó la atención de Jazmín desde muy temprana edad, aunque recién cuando estaba en tercer año del secundario se transformó en lectora de libros de historia del arte universal. Los libros de arte, del siglo pasado, eran densos y en formatos enciclopédicos, así y todo, le permitieron descubrir un universo fascinante. Esta actividad fue acompañada por innumerables visitas a museos y exposiciones de arte, delineando así un camino a seguir. El punto de partida fue la tesina de fin de secundario, cuando Adler realizó su primer ejercicio de investigación vinculado a la historia del arte. Al año siguiente inició sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), convirtiéndose algunos años después en Licenciada en Artes. Actualmente, es Doctora en Teoría Comparada de las Artes por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y ejerce su profesión entrelazando diferentes aristas, como la curaduría, la docencia y la investigación.

¿En qué estás trabajando?

Estoy desarrollando una estadía de investigación postdoctoral en el Getty Research Institute (Los Ángeles, Estados Unidos), con una beca otorgada por Fundación Bunge & Born y Fundación Espigas. Mi proyecto de investigación consiste en rastrear el archivo del Experiments in Art and Technology (experimentos en arte y tecnología), más conocido como E.A.T., que fue una organización sin fines de lucro fundada en Nueva York, en 1966, por el ingeniero Billy Klüver, que junto con Robert Rauschenberg y otros artistas e ingenieros vinculados con Bell Laboratories desarrollaron actividades que ligaron el mundo del arte con la esfera tecnológica marcando de esta forma un modelo de avanzada para la historia de las artes tecnológicas. Me interesa particularmente estar acá para rastrear las relaciones entre el E.A.T. y el CAyC (Centro de Arte y Comunicación). Porque el CAyC a fines de los ‘60 se propuso, según las propias palabras de su director Jorge Glusberg, convertirse en la filial argentina de la E.A.T. y en el Getty Research Institute está archivada la documentación que prueba que ese intercambio entre Billy Klüver y Jorge Glusberg efectivamente existió. Además, estoy encontrando otros materiales que dan cuenta de la resonancia de esta organización estadounidense en distintos países latinoamericanos.

¿Qué relación existe entre el arte, la tecnología y la ciencia?

Las vinculaciones entre estos tres campos son diversas y no son nuevas, podemos retrotraer la historia de estas convergencias a la antigüedad por lo menos y de ahí en adelante estos cruces se dieron de distintas maneras. El ejemplo más evidente de esos cruces, en el Renacimiento, sería la obra de Leonardo Da Vinci, doblemente artista e inventor. A mí me interesa especialmente el cruce entre arte, ciencia y tecnología en la escena contemporánea ya que ahí se abre un vasto y complejo universo que se entrama a partir de obras que se desarrollan en distintos soportes, medios y formatos, que van desde instalaciones interactivas, esculturas robóticas, visualización de datos, obras generativas e intervenciones en el territorio que involucran tecnologías, realidad virtual, vida artificial, y un extenso etcétera. Particularmente en la escena argentina son diversas las líneas de investigación que se vienen desplegando.

¿Qué no puede faltar en un trabajo de curaduría?

Creo que en un proyecto curatorial de cualquier índole lo que no puede faltar es la creatividad. La creatividad de poder poner en relación obras, ideas y prácticas que tal vez no han estado asociadas de esa manera en otra ocasión. Eso, para mí, es el gran valor a aportar: establecer diálogos menos obvios entre obras que pueden o no ser de un mismo contexto. La riqueza está en la pre-visualización de estas posibilidades para abrir un tipo de conversación generativa en relación a vínculos que en un principio no estaban a la vista.

Dislocaciones: exposición de Joaquina Salgado y Nina Corti curada por Jazmín Adler. Gentileza Fundación Andreani.

¿Cómo se articula el conocimiento académico con la vida mundana?

Cada caso es particular, intentar una generalización sería en vano. El conocimiento académico se articula con la práctica extra académica de distintas maneras, eso depende de la perspectiva o del modo que implementa cada investigador. En mi caso, siempre me ocupe de tener un pie dentro de la academia y otro por fuera, es decir de forma consciente trato de intercalar trabajos de investigación con proyectos curatoriales o proyectos que involucran a públicos más amplios que no tienen lazos estrechos con el nicho académico, pensemos que el público académico es muy acotado. Doy lugar a estas articulaciones porque considero que al estudiar un tema contemporáneo es vital mantener y cultivar la frescura de poder tener un contacto estrecho con lo que sucede por fuera del ámbito de la biblioteca y del archivo o del trabajo en la computadora o del circuito académico más restrictivo, ámbito por demás interesante, aunque sin llegada masiva.

¿Cuándo te diste cuenta que los relatos hegemónicos, no solo europeo centristas, también de género, eclipsaron las voces y miradas que emergen por fuera de esos grandes relatos?

El relato histórico hegemónico viene siendo revisado en distintos campos desde hace un tiempo, especialmente en el arte hay muchos historiadores en distintas partes del mundo que vienen trabajando en este tema, en relación no solo con la práctica, sino muy arraigadas en cada contexto. Algunos autores son Edward A. Shanken, Domenico Quaranta, Patrick Lichty y Christiane Paul solo para mencionar algunos ejemplos. Con mi trabajo busco traer esos debates al campo local para pensar de qué manera esas dinámicas se dieron en nuestro contexto, investigando donde sucedió la desconexión que se dio entre los campos del arte más tradicional respecto del arte más vinculado a la tecnología.

¿Qué estás leyendo?

Making Art Work: How Cold War Engineers and Artists Forged a New Creative Culture de Patrick McCray, publicado por The MIT Press en 2020. Es un libro que analiza esta nueva cultura creativa que se empieza a forjar en EE.UU. dentro del contexto de la guerra fría a partir de distintas clases de colaboraciones entre artistas ingenieros y también a partir de la reformulaciones o reconsideraciones de las prácticas propias de cada disciplina.

Foto de portada. PH: Catalina Romero/Gentileza Fundación Andreani.