Design frontiers

Krikor Abrahamian: "La madera es un elemento vivo, en permanente diálogo con el ambiente"

Conversamos con el diseñador uruguayo sobre su enfoque en los materiales de calidad y larga duración.

Por Vivian Urfeig

06.07.2022

Piezas únicas terminadas a mano, obsesión por los detalles y tiempos de producción que contemplan terminaciones de calidad. Estas son las premisas con las que trabaja Krikor Abrahamian, al frente del laboratorio de maderas que lleva su nombre y apellido de origen armenio. Su padre y su abuelo también se llaman Krikor, un apelativo con sonoridad particular que aprendió a querer con el tiempo. A los 35 años este diseñador uruguayo ya tiene peso en la escena local e internacional. Desde su estudio taller de Montevideo elabora líneas de mobiliario sutiles, de formas orgánicas y redondeadas.

Formado en la Facultad de Bellas Artes de Uruguay y en la escuela ORT, donde estudió diseño gráfico, el Abrahamian se desempeñó en la firma Mutate, una tienda de muebles con presencia en José Ignacio y Buenos Aires, que subraya en su catálogo colecciones cuyas estéticas se emparentan con el modernismo de los años ’50 y el diseño nórdico. Krikor dio allí sus primeros pasos profesionales: “Me empapé del verdadero cruce entre arte y diseño”. Luego realizó viajes y pasantías, una de ellas con el estudio de diseño Designo Patagonia, con base en Bariloche (Argentina). “Allí usé por primera vez una lijadora y entendí el vínculo entre diseño y producción”, destaca el diseñador desde su estudio, en el corazón de Montevideo.

Abrahamian realiza piezas de nogal, roble o fresno, materiales importados provenientes de bosques forestados y certificados que elige personalmente. Gentileza Krikor Studio.

El tipo de cortes, las cualidades del material, el circuito de compra. Estos saberes los fue adquiriendo al tiempo que empezaba a sumar clientes propios, la mayoría argentinos.

Su familia de tablas, mesas, estanterías y objetos encierran una investigación material y técnica, donde los encastres, las tonalidades y las nuevas tipologías confluyen en un laboratorio creativo que no para de crecer. “Me interesan los desafíos, en breve voy a iniciar una búsqueda material en mármoles y metales. Creo que maridan muy bien con las maderas, sobre todo me interesa el contraste de las incrustaciones de metales preciosos”, subraya Krikor.

Desde su estudio taller de Montevideo, Abrahamian elabora líneas de mobiliario sutiles, de formas orgánicas y redondeadas. Gentileza Krikor Studio.

Siempre macizas nunca enchapadas. La premisa que cumple a rajatabla se ramifica en piezas de nogal, roble o fresno, materiales importados provenientes de bosques forestados y certificados que elige personalmente. “La madera es un elemento vivo, en permanente diálogo con el ambiente que permite crear objetos únicos o de edición muy limitada, apuntando a una ebanistería refinada”, dice. Esta fusión donde la creatividad, el saber artesanal y las herramientas del taller confluyen en una creación implica un tiempo especial de desarrollo. “Trato de usar la menor cantidad de máquinas posibles, todo el trabajo es manual y artesanal. Hay piezas que me pueden llevar más de 20 días, implican terminaciones delicadas y complejas”, confirma Krikor, aficionado a la fotografía y al kite surf en la Laguna Garzón.

De los viajes inspiradores por la ciudad le atraen las antigüedades y las texturas urbanas que quedan registradas en su cámara. “Me fascina la cristalería, floreros y ceniceros facetados son mi perdición. De la última visita al barrio de San Telmo me volví con varios vasos de whisky”, comenta.
Entre sus referentes el diseñador cita a Eladio Dieste, ingeniero uruguayo reconocido por su arquitectura ladrillera. Además, reconoce a María Freire, pintora, escultora y referente del arte geométrico del Río de la Plata. A la hora de elegir un maestro internacional, Krikor se inclina por Isamu Noguchi, escultor estadounidense que trabajaba piedra, metal, arcilla y madera.