Portrait

Nuria Enguita: "Un curador es muchas veces un acompañante"

La curadora e historiadora del arte hoy dirige el Instituto Valenciano de Arte Moderno, donde trabaja para recuperar su posicionamiento en el ecosistema nacional e internacional.

Por Martín Bonadeo

30.10.2023

Llegué a mi cita en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) unos 10 minutos antes. Estoy un poco ansioso por este encuentro. Las últimas 4 veces que vine a Valencia, Nuria Enguita no pudo recibirme porque estaba de viaje. Mientras esperaba en el imponente hall de entrada del IVAM, pienso que, además de ser un edificio de holgadas dimensiones, cada vez que vine, me encontré con un grupo de exposiciones que me sorprendió. Suelen tener muestras con parte de las 14000 piezas de su colección y luego le dan mucho lugar a artistas jóvenes. Esta vez, en una de las salas, estaba Trascity, una muestra muy experimental de Alberto Freijóo (Alicante, 1985), un artista que trabaja con fotografía en distintos soportes y presenta una propuesta muy poco convencional para un museo de esa envergadura. También me sorprendió Otobong Nkanga (Nigeria, 1974) con la exhibición monográfica Anhelo de luz del sur. Cientos de metros cúbicos con dibujos, fotografías, instalaciones de grandes dimensiones y esculturas realizadas con piedras, telas, especies, jabones y plantas.

Nuria baja a recibirme muy puntual, pero me pide ir a la sala de la muestra de Nkanga para chequear que los performers vestidos con ponchos celestes estén listos para su actuación. Luego, mientras vamos caminando hacia el café del museo, me pide disculpas por no haberme podido recibir antes y me explica que están trabajando mucho para recuperar el público local después de la pandemia, pero que, sobre todo, está viajando para mejorar su posicionamiento en el ecosistema nacional e internacional.

Exposición Trascity de Alberto Freijóo, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno. PH: Miguel Lorenzo/Gentileza IVAM.

Esta semana es Abierto Valencia, un evento de las galerías locales y veo que el IVAM es la institución que nuclea a todos ofreciendo su auditorio para los eventos.

Sí, en estos días también fui jurado. Vimos todas las propuestas de las 19 galerías desde las 9 de la mañana hasta las 8 de la tarde. Por suerte estaba todo muy bien organizado.

Yo me hice amigo del galerista Jorge López y estoy viniendo bastante desde Barcelona a Valencia. Si bien es más pequeña esta ciudad, me encanta su escena artística.

Valencia es una ciudad magnífica y está en un momento excepcional culturalmente, esperemos que dure. Tenemos una masa creativa y crítica que no podemos perder. Hay mucha gente trabajando y haciendo de esta ciudad un lugar hermoso para vivir. De Barcelona tengo un recuerdo maravilloso, de mis años en la Fundació Tàpies, es una ciudad compleja y rica culturalmente.

Me sorprendió que luego de tu infancia y tu formación en Madrid, no has vuelto a vivir allí.

Vine con 23 años a hacer mis primeras prácticas en el IVAM y luego me quedé aquí como conservadora. Fueron años increíbles con Vicente (Todolí) y Carmen (Alborch) en los que aprendí muchísimo, el IVAM fue mi escuela. Luego fui a Barcelona a dirigir la Tapiés y cuando terminé volví a Valencia. Aquí dirigí Bombas Gens y hace tres años volví al IVAM como directora. En Madrid tengo muy buenos amigos y colegas, he hecho exposiciones como freelance en el Reina Sofía y en otros sitios, pero no he vuelto a trabajar de manera estable. Me gustó acá y me quedé

Instalación Lo Popular en el Instituto Valenciano de Arte Moderno. PH: Miguel Lorenzo/Gentileza IVAM.

De tu niñez solo leí que tus padres te llevaban al museo del Prado. ¿Qué más me podrías contar de tu familia, de tus primeros recuerdos?

Mi padre era ingeniero y nosotros éramos de una clase media y podíamos vivir bien. En los veranos venía parte de la familia de mi madre de México y teníamos que enseñarles Madrid y su cultura.

¿Y cómo era la vida diaria?

Vivíamos al lado del Matadero cuando aún era parque y jugábamos ahí. Era una vida muy urbana de un barrio denso. Los domingos íbamos al Retiro y a misa. De adolescentes dejamos de ir a misa y seguíamos yendo al Retiro. Mi padre era una persona que trabajaba mucho todos los días. pero los sábados y domingos se dedicaba a nosotros y veíamos mucho cine. Mi madre nos cuidaba todos los días, también el fin de semana y con ella pasábamos la mayor parte del tiempo.

¿Y recordás alguna otra experiencia especial?

Nosotros vivíamos 5 personas en una casa de 80 metros cuadrados, pero íbamos en los veranos a una casa grandísima de dos pisos en León que estaba un poco destartalada, sin muebles y con un patio de frutales. Entonces estábamos todo el día en la calle. La vida del pueblo era muy libre. Pero fuera de eso, llevábamos una vida muy normal. Se leía en mi casa y estudiábamos. Cuando murió Franco yo tenía 7 años. En ese sentido, todo siempre ha ido a mejor hasta ahora.

Exposición Anhelo de luz del sur, del artista Otobong Nkanga, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno. PH: Miguel Lorenzo/Gentileza IVAM.

Volviendo al IVAM, ¿cómo es ser la directora del lugar donde empezaste?

Siempre me ha gustado trabajar en colaboración. Me gusta trabajar con los artistas. Creo que un curador es muchas veces un acompañante. Yo he trabajado muy de cerca con muchos artistas. Creo que, en colaboración y escuchándonos, es como se llega al final más satisfactorio para todos. Más ahora que soy directora, siento que debo tener la capacidad de reunir lo mejor para el proyecto. Intento trabajar para que todas las sensibilidades surjan y todas las potencias también porque no creo que una única persona tenga toda la verdad.

¿Cómo te llevás con la docencia?

He dado clases en algunos másters y me gusta sobre todo por el contacto con la gente joven. Eso creo que es fundamental. En el IVAM tenemos el programa Arte y contexto que está funcionando muy bien. Son todos menores de 26 años. Ayer nos reunimos y les dije: “Necesito que me traigáis cosas que yo no pueda ni entender”. El trabajo entre generaciones me parece maravilloso, pero no tengo mucha experiencia docente. A lo mejor será algo para el final de mi vida.

¿Hay algún hito que quieras alcanzar en particular?

Pues ahora estoy aquí y no pienso que lo que hago es porque quiero llegar a otro lugar. Me interesa el trabajo institucional. Siempre he trabajado mucho por la institución. Creo que trabajar para la institución es trabajar para ti. Me gusta que las instituciones sean fuertes, que den oportunidades y que arriesguen. Así quisiera fortalecer este museo. Fortalecerlo en la ciudad y también en el ecosistema del arte.

Gracias por tu tiempo.

Muchas gracias a ti. Yo nunca hablo tanto de mí.