Nuevos paradigmas

Paisajes educativos, cuando la arquitectura requiere cambiar el lenguaje

Con un pie en España y otro en Argentina, el arquitecto Josep Ferrando se identifica con las costumbres porteñas, sin perder su identidad y su camino recorrido en Barcelona. De paso por Buenos Aires, la ciudad que también es la trama urbana que lo tiene como protagonista activo, el arquitecto desglosó los principales conceptos de su línea proyectual.

Por Vivian Urfeig

15.04.2024

En alianza estratégica con Milagros Irastorza, arquitecta argentina al frente del estudio MIA, Ferrando propone un cambio de paradigma en la arquitectura del aprendizaje. Su impronta invita a abordar el aprendizaje desde perspectivas que ponen en el centro de la cuestión al alumno como ser humano. Repensar la educación es una de sus grandes preocupaciones y sus reflexiones al respecto ya dejaron huellas en distintas instituciones.

Ferrando, gestor cultural, académico y artesano de la arquitectura, se inclina por soluciones que no repiten morfologías, y tampoco son predecibles. El resultado de estas operaciones deriva en estrategias con sello propio, diseñadas específicamente para cada situación. Su trabajo ha sido expuesto en varios países, y ha tenido exposiciones monográficas en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2014, en el prestigioso Architekturforum Aedes en Berlín y en el Museo de Arte Moderno (MAM) de Río de Janeiro. En 2016 participó en la exposición Unfinished en el Pabellón Español de la 15ª Bienal de Arquitectura de Venecia, que ganó el León de Oro. Ha recibido reconocimiento internacional, ganando premios FAD y el primer premio en la Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires BIABA’15, siendo finalista en el Premio Internacional de Arquitectura Iakov Chernikhov.

Josep Ferrando y Milagros Irastorza reflexionan acerca del concepto del lujo, y la espacialidad como dimensión perceptiva. PH: Daniela Mac Adden / Gentileza Josep Ferrando Architecture y estudio MIA de Milagros Irastorza. 

“El paisaje educativo actual requiere un cambio de lenguaje. Por ejemplo, retirar la palabra aula de la narrativa. Es que acumulamos imágenes que asociamos a palabras. Y el paisaje educativo abarca todo. Preferimos referirnos a jardines y patios, para desdibujar las palabras y generar espacios de intimidad”, apunta el arquitecto.

Con el foco puesto en generar mejores condiciones de aprendizaje, y con el soporte de las palabras correctas para cada solución espacial, el arquitecto prefiere el verbo aprender. No desestima el enseñar, aunque le parece unidireccional. Y lo explica: “Aprender es una acción colectiva, enseñar es unilateral. Por eso apuntamos a un cambio de mentalidad. En los proyectos educativos en los que estamos trabajando no existen circulaciones, los espacios son versátiles en función de promover mayores situaciones de intimidad o más dinamismo. Al mismo tiempo, proponemos cambios que se puedan aplicar a corto y largo plazo. Es la clave de la sustentabilidad: generar situaciones que admitan transformaciones con el tiempo”, define.

Patio lúdico. Proyecto para concurso de arquitectura educativa. Gentileza Josep Ferrando Architecture y estudio MIA de Milagros Irastorza. 

Junto a Milagros Irastorza reemplazan, por ejemplo, el sentido tradicional del aula por el del ágora, el concepto que define a las plazas públicas de las antiguas ciudades griegas y que forma parte del catálogo de palabras que más se utilizan en la arquitectura. “Es allí donde se ven las diferencias que permiten llegar a acuerdos”, coinciden Irastorza y Ferrando, que aplicaron esta narrativa en un concurso de arquitectura escolar. “Impulsamos la idea de que el aprendizaje es posible en todos los rincones de un edificio educativo y en todas las situaciones. Los espacios comunitarios borran los límites establecidos y se presentan como nuevas oportunidades, como espacios didácticos en sí mismos donde no existe la neutralidad. El edificio enseña también. En cuanto a los cargos, creemos que también se deben desdibujar: todos son educadores”, proclaman los arquitectos que actualmente están trabajando en el interiorismo del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA), un proyecto que ganaron por concurso.

 Escalera proyectada para la Universidad Di Tella. Gentileza Josep Ferrando Architecture.

Una de las máximas que conforman el punto de partida proyectual es la idea de “desaprender para aprender más”. En este sentido, el adn de Ferrando está integrado por geometrías flexibles que ayudan a jugar, en vez de fijar. Estructuras ramificadas, densidades progresivas que integran espacialidades abiertas son parte de las estrategias de su estudio, Josep Ferrando Architecture, que ganó el concurso para ampliar la capacidad edilicia de la Universidad Di Tella, en Buenos Aires. El proyecto para el edificio Saenz Valiente parte de un concepto que integra la diversidad del campus en un único sistema espacial y estructural. El predio contiene ritmos y secuencias: por un lado, el gran volumen sobre la Avenida Figueroa Alcorta con su grilla de columnas y capiteles; por otro, los galpones con su serie de pórticos y ménsulas. La propuesta conjuga ambos órdenes proponiendo una modularidad integrada en el claustro de su emplazamiento.

Efectos visuales. Instalación de objetos escultóricos en doble altura, diseño de líneas de “lluvia” duplicadas, materializado en tubos de acero. Edificio Hub Libertador.  PH: Daniela Mac Adden / Gentileza Josep Ferrando Architecture y estudio MIA de Milagros Irastorza. 

Otra de las obras en Buenos Aires se puede ver en el lobby del edificio Hub Libertador, en Av. Libertador y Pampa. Allí, Irastorza y Ferrando reflexionan acerca del concepto del lujo y la espacialidad como dimensión perceptiva. Proporciones y diálogos versátiles para que ocurran situaciones, encuentros y dinámicas. “El espacio es lo que vos querés que sea en determinado momento”, apuntan los proyectistas que desarrollaron un espacio de doble altura que “multiplica, exagera y comprime a la vez”. Se trata de un diseño de líneas de “lluvia” duplicadas, materializado en tubos de acero de acero inoxidable, diseñado por los arquitectos y ejecutado junto a Grupo MSH. Un solo material para múltiples sensaciones que invitan al juego óptico desde los muros espejo. Esta obra se completa con bancos diseñados por Diana Cabeza e iluminación a cargo de Arturo Peruzzotti. Funciona como un dispositivo digital, pero sin tecnología, ni pantallas ni iluminación domótica. “Concebimos al lobby como el punto final de las ciudades. Buscamos extender, alargar la perspectiva. Como una escenografía que refleja el principio del infinito. Un ejercicio para aprender, nunca lo habíamos hecho antes”, confiesan Milagros y Josep.

Foto de portada: Lobby. Edificio Hub Libertador. PH: Daniela Mac Adden /Gentileza Josep Ferrando Architecture y estudio MIA de Milagros Irastorza.