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Paula Zuccotti, arquéologa del futuro: una huella de los 15 objetos esenciales en cuarentena

Pantuflas, palo de amasar, mat de yoga y un kit de bordado. Si dentro de 500 años alguien se preguntara qué tienen en común estos objetos, la respuesta sería: la pandemia de 2020. La cápsula del tiempo que impulsa la diseñadora argentina Paula Zuccotti contiene un registro fotográfico de las 15 piezas esenciales que reflejen los cambios de hábito registrados durante la cuarentena. Pronosticadora de tendencias, etnógrafa y realizadora audiovisual, Zuccotti reside en Londres hace 20 años y se dedica a relevar elementos de uso cotidiano. Es la autora de Everything You Touch (Penguin Random House), un libro que rastrea el comportamiento de distintas personas en todo el mundo de acuerdo a los objetos que utilizan en 24 horas, desde que se despiertan hasta que se acuestan.

Por Vivian Urfeig

14.05.2020

El relevamiento de elementos que nos acompañan durante el aislamiento asumió carácter internacional. Profesionales, estudiantes y usuarios de redes sociales de todo el mundo se sumaron a la iniciativa bajo el hashtag #EsencialesDeCuarentenax15, impulsada por Paula Zucotti. Una azafata desempleada en Escocia, un médico de guardia en Londres, un arquitecto en Nueva Delhi o un periodista en Argentina son sólo algunos de los testimonios que integran la lista de los que se animaron a mostrar su intimidad. La revalorización de herramientas analógicas (máquinas de coser, martillos o destornilladores), las plantas y las mascotas figuran en el ranking de piezas documentadas que producen bienestar. El cambio de hábitos, la ausencia de productos de lujo y la honestidad conceptual componen la cartografía material de la época.

Zuccotti se graduó en Diseño Industrial (FADU UBA), obtuvo un Master en Innovación en la Universidad de Brunel y es asesora del Victoria & Albert Museum. Su mirada, entre la tecnología, la sociedad y la cultura le permite anticipar tendencias y comportamientos de consumo.

Los esenciales de un niño de 11 años en Londres. Gentileza Paula Zuccotti.

¿Qué reflejan los objetos de esta aldea global que transita por la misma situación al mismo tiempo?

Este es un momento para reflexionar, el aislamiento nos conecta solamente por pantallas y estamos en diferentes lugares del mundo, pero todos pasamos por la misma situación. Se cayó la división geográfica y temporal, surge un nuevo formato para relacionarse y empatizar con otros.

¿Cuáles son las coincidencias que ves reflejadas en las fotos?

Las elecciones no pasan tanto por la indumentaria, los accesorios y lo estético sino por los objetos olvidados. Le damos la bienvenida a máquinas de coser, martillos y destornilladores. Vuelven los elementos de jardinería, bordado, hilos y agujas, instrumentos musicales, lápices, acuarelas. El de una re conexión que deja atrás tacos altos y carteras. Los objetos de confort ganan protagonismo. Los espacios se flexibilizan. La música, velas, aromas y plantas contribuyen a crear espacios íntimos de bienestar.

¿Se puede hablar del lenguaje de las pantuflas?

¡Claro! Empezamos a comer lo que cocinamos y a priorizar materias primas locales. Salieron a la pista las herramientas. El jogging de algodón, el cachemir, las medias y pantuflas hablan de pura comodidad, de lo honesto y transparente. Lo vulnerable y lo simple que se ve plasmado en los comentarios y títulos que le asignan a las fotos: “Mi cable a tierra”, “Kit de supervivencia”, “Dopamina”, “Alquimia en casa”, son algunas propuestas.

Álbum de Matthew Shun Shin, cardiólogo en Londres. Gentileza Paula Zuccotti.

¿Cómo se lee la foto actual?

Como un momento donde la vida se congeló. Va a ser lindo mirar para atrás y que este álbum nos ayude a entender que el futuro se transformó en el pasado que habíamos perdido. Las sensaciones actuales nos darán la pauta de lo que queremos a futuro. Este paréntesis nos abrió las puertas a la reflexión en un formato unificado. Con aportes de la India, Taiwán, Japón, Israel, Australia, Londres, Buenos Aires o Perú. Todos comparten sus rituales: el té, las prácticas de yoga, las suculentas. Y aparece un hilo conductor: el cuidado.

¿Cómo interpretás el cruce generacional? Un peluche con un ensayo, un rompecabezas junto a un taladro eléctrico…

Se nota una revalorización de lo lúdico, donde los adultos detienen su marcha para volver a jugar. Hay muchas fotos donde figuran el Buraco, el Juego de la Vida, cartas y marcadores. Actividades que otorgan sensaciones placenteras, que también hablan del tiempo. En una de las fotos me llamó la atención un chico que puso un palito de amasar ñoquis como nuevo índice para marcar el paso del tiempo: lo usó dos veces ya, dos días 29. Sin embargo, esta crisis nos da la oportunidad de rebobinar, veníamos acelerados, distraídos y desconectados. Con poco tiempo para los demás. Tenemos la oportunidad de diseñar nuestro futuro para posicionarnos mejor.

¿Cuál es tu relación personal con los objetos?

Soy diseñadora industrial, mi vida pasa por los objetos. Hace 20 años me mudé a Inglaterra y entré al estudio Seymourpowell, donde me dediqué a diseñar de todo. Hasta que preferí ubicarme del otro lado de los objetos. En un momento cambió la conversación, ya nadie pedía diseñar productos, pero sí experiencias vinculadas. El mundo se abría a otra etapa y tuve una sensación de nostalgia por aquellos productos que iban quedando en el olvido y mutaban su significado. Me gusta la idea de documentar esos objetos que capaz estén en vías de extinción: linternas, despertadores, billetes, radios. Desde la etnografía me interesa entender la relación entre los elementos cotidianos y los hábitos.

¿Qué conclusiones te dejó Everything We Touch, el libro que te llevó a documentar más de 100 personas y más de 7 mil objetos?

Que se pueden documentar las sensaciones a través de distintos puntos de vista. Que los objetos hablan por las personas, desde Arizona a Japón, desde un cowboy, un médico o una geisha. Soy muy curiosa y a través de los objetos pude preguntar muchas cosas que de otra manera no me hubiese animado. Disfruto el orden mental de recomponer una vida desde el cepillo de dientes, la taza de té y su saquito. Armar la cronología cotidiana y ponderar lo que está en desuso, ir de lo macro a lo micro.