Procesos creativos

Texturas sensoriales

Marina Molinelli Wells y Celina Saubidet, al frente de Cabinet Óseo, reflexionan sobre la experiencia que desplegaron en la Casa de Victoria Ocampo. La exposición Memorias del Futuro articuló intervenciones performáticas unidas por el cuidado del planeta.

Por Vivian Urfeig

24.06.2023

¿Cómo resistir la tentación de copiarse a sí mismas? Marina Molinelli Wells, diseñadora, y Celina Saubidet, escultora, se plantearon el gran desafío después de la exitosa muestra Reinos, que batió récords de público en el Museo Nacional de Arte Decorativo (2019). La misión era compleja dado el contexto pandémico, pero a la vez, un reto que subía la adrenalina creativa de la dupla. Así llegó Memorias del Futuro, a partir de una trama que cose el pasado del estudio Cabinet Óseo y un presente a pura experimentación. Los resultados fueron más que auspiciosos y ahora, con la experiencia que tallaron en red, preparan las valijas para llevar sus joyas orgánicas al corazón de la feria de diseño y tendencias Maison & Objet, que se realizará en septiembre, en París.

Hasta allí viajará buena parte del despliegue multisensorial que calaron entre abril y mayo en la Casa de Victoria Ocampo, en Barrio Parque, el pulmón verde de Buenos Aires. El escenario no pudo ser más apropiado: el edificio de 1928 proyectado por Alejandro Bustillo abrió sus puertas para hacerle lugar a las intervenciones performáticas que coparon las tres plantas, en diálogo constante con los objetos y piezas de autor, inspiradas en la naturaleza. La colección de cubiertos diseñados a partir de falanges, vértebras, clavículas, cúbitos y radios dominó una gran mesa de comedor en la última planta, con vista a la arboleda. Hijas de médicos –un cirujano y un radiólogo—Celina y Marina heredaron la precisión quirúrgica y la pasión por el cuerpo humano. De hecho, la pieza icónica que resume el adn del estudio es el órgano vital del ser humano: el corazón, un dije-talismán, con sus respectivas arterias, materializado en plata, bronce o porcelana. La pieza insignia del estudio aplica a aros, pines, anillos y colgantes e integra el universo de esculturas para llevar en la piel, ornamentos que reflejan la propia naturaleza. “Nos interesa indagar en lo tribal, investigar las profundidades de lo primitivo para volver a lo básico”, explican las diseñadoras que tomaron, literalmente, la Casa de Victoria Ocampo para transformarla en una montaña rusa de sensaciones atravesadas por la emoción.

Despliegue multisensorial en la muestra Memorias del futuro. Gentileza Cabinet Óseo.

Perfeccionistas seriales, detallistas compulsivas, Marina y Celina se autodefinen como “muy exigentes a la hora de que el montaje salga bien no nos importa nada”. En esta línea, aseguran que el ingenio está por encima del presupuesto y las pruebas quedaron a la vista en Memorias del Futuro. El haz de un proyector que rebotaba en un espejo generó el efecto buscado --y casi imposible de conseguir-- sin una inversión tecnológica millonaria. O la pata social del proyecto, que también apeló al ingenio para convocar la mayor cantidad de manos posibles. Desde las del círculo íntimo y familiar, hasta la participación de las fundaciones Kaleidos y Children Action. “Transformar la materia, convertirla en una obra de arte. Esa fue la consigna con la que trabajaron siete madres solteras de la fundación, que fueron parte de todo el proceso. Fue muy enriquecedor para todo el equipo”, confiesan. El trabajo minucioso tomó forma en una serie de cochayuyos, algas de gran tamaño que habitan las costas subantárticas. “En una bella combinación de fortaleza y flexibilidad, su estructura resiste los embates del oleaje. Estas obras fueron realizadas con latas de aluminio reutilizadas”, explican y enfatizan: “Cabinet Óseo, como todo en la vida, es una experiencia grupal”.

Memorias del Futuro

El proyecto, que también apeló al ingenio para convocar la mayor cantidad de manos posibles. Desde las del círculo íntimo y familiar, hasta la participación de las fundaciones Kaleidos y Children Action. Obras realizadas con latas de aluminio reutilizadas. Gentileza Cabinet Óseo.

“La muestra estuvo atravesada por lo colaborativo, desde ese lugar convocamos a actrices, bailarinas, músicos, vestuaristas para bocetar un universo rico y creativo”, señalan las autoras, que antes de desembarcar en el edificio que hoy funciona como sede del Fondo Nacional de las Artes (FNA), investigaron a su célebre inquilina. “Victoria Ocampo dedicó su vida a impulsar la interdisciplina, a conectar artistas en tertulias culturales a entrelazar todo tipo de manifestaciones artísticas”, apunta Marina, a cargo de esculturas a gran escala (las crisálidas del Museo de Arte Decorativo se siguen multiplicando).

Celina, diseñadora de microorganismos, por su parte, agrega que fue muy rico el intercambio con Florencia Abate, escritora, poeta y directora de Letras del FNA: “Contribuyó a armar una grilla de actividades rica y potente”, dice. Por la Casa de la Cultura pasó un espectáculo de danza, un concierto bio sonoro a partir de las señales eléctricas de las plantas, un recital literario y una performance teatral donde el intercambio epistolar entre mujeres icónicas de la vanguardia cultural del siglo XX, con un vestuario único diseñado por Nikole Tursi. Entre los estímulos visuales sorprendió además la fachada de belleza aristocrática embebida por líquenes de aluminio, que mutaron de residuos industriales a obra de arte. Y los detalles; desde un cráneo, una clavícula, un ratón, monstruos marinos utilitarios hasta fósiles, alhajeros, mesitas Irupé.

La mesa está servida.

Entre las propuestas de Memorias del Futuro llamó la atención la mesa, una puesta en escena para detenerse en los detalles que invitaban a reflexionar sobre la extinción de saberes y oficios ancestrales. Desde los platos a las copas y los cubiertos, sobre todo los cubiertos de la firma Volf de los años 80, intervenidos, soldados y pulidos a mano. Uno por uno, a imagen y semejanza de pequeñas falanges o huesos de animales encontrados a la vera de una ruta. Puro contraste creativo enfatizado por los corales que se sirvieron a modo de manjares. “Una crítica detrás de la belleza de los arrecifes en peligro de extinción. Una segunda lectura”, sugieren sobre estos amuletos del futuro que fueron distribuidos como un banquete.

Memorias del Futuro

La Mesa, una puesta en escena para detenerse en los detalles que invitaban a reflexionar sobre la extinción de saberes y oficios ancestrales. Gentileza Cabinet Óseo.

“Esta mesa hablaba de la extinción de las especies y las industrias. Fue una metáfora que representó lo que nos estamos comiendo. Hace tiempo que nos interesa poner el acento en lo invisible, pero a la vez, lo que está frente de nuestros ojos. El recorrido para encontrar la belleza de lo simple, de lo cotidiano, pero a la vez que genera sorpresa”, explican Saubidet y Molinelli Wells sobre la antítesis lograda. Por fuera, una fachada aristocrática de cubos blancos apilables. Por dentro, espacios que recrearon las memorias del futuro.

Fans de Leonardo Da Vinci, amantes de las deformidades y con buen ojo para mirar placas radiológicas y detectar una fractura, el estudio-taller de Colegiales está repleto de libros de Anatomía y equipamiento médico. “Los clientes preguntan mucho por el tipo de mobiliario que tenemos en el showroom. Nos gusta contestar que, en lugar de hacer terapia, hacemos esto”, dicen las diseñadoras que, además, desarrollan sus propias máquinas en función de lograr los acabados y terminaciones deseadas.

A días de cumplir 20 años como estudio, las nuevas narrativas las llevan la conquista del mercado europeo, donde planean trasladar su gabinete de curiosidades macro y micro para interpelar, sorprender y seducir al público que visite la exposición Maison&Objet, cuya consigna, en esta edición es Enjoy. Disfrutar y dejar huella a partir de tejidos secretos, entonces, les calza como anillo al dedo.