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Gonzalo Herrero Delicado: "Los museos tienen la labor de hacer reflexionar a la gente sobre lo que estamos viviendo"

Se desempeñó como comisario del Programa de Arquitectura de la Royal Academy of Arts en Londres y trabajó como arquitecto en el estudio Lacaton & Vassal Architectes en París. Hoy se centra en su labor como curador y, como tal, reflexiona sobre la función de las instituciones culturales y los cambios que surgieron a partir de la pandemia.

Por Federico Ferrari Sánchez

29.04.2021

“El mundo está en un estado de semi colapso. Hay que diversificar los programas, traer gente de espacios menos representados, hablar de cambio climático, de inmigración; es importante afrontarlo desde los museos y otras instituciones”, dice Gonzalo Herrero Delicado, curador, arquitecto y escritor. Hasta finales de febrero, también se desempeñó como comisario del Programa de Arquitectura de la Royal Academy of Arts en Londres.

Desde que estaba en la carrera de arquitectura en la Universidad de Alicante, en España, sus intereses iban más allá: “Me importaban el cine, el diseño, el arte, por lo que empecé a escribir para varias revistas. Después vinieron encargos de exposiciones y debates”. Tras ganar una beca, logró entrar a trabajar como arquitecto en el estudio Lacaton & Vassal Architectes en París, pero allí se dio cuenta que su camino estaba en la curaduría. Consiguió el puesto de comisario de Programas Públicos en The Architecture Foundation en Londres, en el que organizaba eventos y charlas en museos como el Tate Modern y el Barbican Centre. A eso le siguió un año en el Design Museum y casi cinco en la Royal Academy of Arts. En sus exposiciones busco no centrarse en una disciplina y abordó temáticas en relación a la sociedad, la ecología, la política y la tecnología.

Hoy, inmerso en la cuarentena londinense, se encuentra dando clases en el Programa de Arquitectura de la universidad Central Saint Martins. Además, está armando una exposición junto al sitio Nowness sobre belleza virtual, otra sobre la arquitectura de tierra, y está trabajando como asesor del Earthshot Prize, un premio que reconoce a personas en materia medioambiental. “Soy inquieto; tengo muchos frentes abiertos”, confiesa. A continuación, nos cuenta sobre su trabajo como curador, sus intereses, su posición sobre la función de las instituciones culturales y los cambios que surgieron a partir de la pandemia del coronavirus.

Exposición Eco-Visionaires en la Royal Academy of Arts (2019). PH: Agnese Sanvito/Gentileza Gonzalo Herrero Delicado.

¿Cómo han sido los años de trabajo en la Royal Academy of Arts?

A mi me contrataron como curador del Programa de Arquitectura, pero yo me salía de lo entendido por ello. Si vos miras a cualquier artista
contemporáneo, muchos trabajan en medios completamente diferentes y las fronteras entre disciplinas ya no existen. Esa idea de entender el conocimiento de una manera enciclopédica es obsoleta. Yo he intentado que eso estuviera presente dentro de mis exposiciones y debates, pero muchas veces se me ha cuestionado. También busqué trabajar con artistas o creativos emergentes. No me interesa la gente que ya estaba establecida y tiene sus ideas predefinidas.

¿Cuáles son tus intereses como curador?

Cualquier disciplina creativa es una respuesta al momento que vivimos. Lo que me interesa es intentar descifrar a qué están respondiendo los arquitectos, artistas y diseñadores en la actualidad. Siempre intento mirar qué temas son relevantes en relación a la sociedad, política, economía, tecnología y medio ambiente. A partir de ahí, veo quién está respondiendo a ello, y si no hay nadie, lo encargo para que alguien lo haga. No me interesa hacer una exposición monográfica de un determinado arquitecto, porque ese trabajo ya está hecho. Creo que las prácticas de curaduría y los museos tienen la labor de hacer a la gente reflexionar sobre lo que estamos viviendo.

Exposición Eco-Visionaires en la Royal Academy of Arts (2019). PH: Agnese Sanvito/Gentileza Gonzalo Herrero Delicado.

En Fear and Love, la exhibición que llevaste a cabo en el Design Museum en el 2016, abordaste, entre otras cuestiones, la crisis medioambiental. Luego, en el 2019, en Eco- visionaries, realizada en la Royal Academy of Arts, ese fue el tema principal de la muestra ¿Qué recepción tuvieron ambas y cuánto interés genera esta temática?

Hay una cosa en común que tienen esas dos exposiciones: son las más grandes que he hecho y, en un principio, nadie creía en ellas. Las dos superaron con creces el número de visitantes jóvenes. En Eco-visionaries, en particular, y en el contexto de la Royal, fue muy importante ya que el público que tiene es bastante mayor: la media aproximada es de 55 años y es predominantemente blanca. Sin embargo, en comparación con el estudio preliminar sobre qué tipo de sectores por edad iban a ir a la exposición, la franja que cubría de 14 a 25 años se multiplicó 15 veces más. Eso te da una clara lectura de la necesidad que hay de hablar esos temas. Ahí es cuando creo que se puede generar un cambio. En ese aspecto cualquier institución cultural tiene una responsabilidad.

Más allá de incluir el tema en sus exposiciones, ¿hay acciones concretas por parte de las instituciones por contribuir con cambios propios en pos del cuidado del planeta?

Lo que ha pasado en las últimas décadas es que muchos museos han hablado del cambio climático pero no han revisado sus prácticas. Se los ha criticado mucho por ser una estrategia de green washing. Lo más interesante que hicimos en Eco-visionaries fue lo que no se vio, que son todos los procesos para minimizar el residuo. Fue una oportunidad tremenda porque se cambiaron muchísimas cosas: el proveedor de energía cambió a uno verde; los vasos y sorbetes de plástico se cambiaron por unos biodegradables; y las bolsas plásticas se eliminaron dentro de la tienda.

Exposición Fear and Love en el Design Museum (2016). PH: Luke Hayes/Gentileza Gonzalo Herrero Delicado.

¿Realizaron modificaciones en el armado de esa exposición para reducir el impacto ambiental?

Lo que hicimos fue irnos a todos los almacenes de la Royal a investigar qué se podía utilizar para intentar reducir el uso de nuevos materiales. Encontramos las banderolas que se utilizan en la fachada del museo; las reutilizamos, y, en lugar de construir nuevas paredes que se fuesen a tirar después, realizamos las divisiones con este elemento. También tuvimos en cuenta la elección de las obras: excepto una que vino en avión, todas las demás las compilamos para que viniesen en camiones juntas. La selección estuvo definida por dónde estaban, para que el impacto sea menor. En cuanto al catálogo, que normalmente se imprimen en Europa o China porque es más barato, nosotros conseguimos hacerlo en Gales con papel reciclado y tinta orgánica.

Hay una exposición que hiciste en el 2019 en la que le preguntaste a 40 arquitectos, artistas y pensadores qué es radical hoy en la arquitectura. Hoy, dos años después, teniendo en cuenta lo que estamos atravesando, ¿creés que la respuesta sería diferente?

Completamente. Yo quiero que alguien- no tengo que ser yo- la vuelva hacer. Aquella partía de una referencia a lo que se consideraba radical en los años 60, que fue un grupo de arquitectos hippies que vieron los cambios políticos, sociales y medioambientales, y generaron una arquitectura y un arte que era completamente diferente; era una vision casi utópica de cómo podían ellos desde su disciplina responder a esos problemas. Ahora mismo estamos viviendo crisis mucho más grandes que en aquel momento, y yo considero que la respuesta de la arquitectura, el diseño y el arte es mucho más mediocre. Entonces el formular esa pregunta era casi una provocación: ¿existe lo radical? ¿Hay gente que tiene un pensamiento distinto o está todo el mundo desarrollando prácticas que son exclusivamente conservadoras? Sería interesante volverla a traer, fue muy pertinente en su momento.

¿Creés que lo que estamos atravesando con la pandemia del coronavirus traerá cambios radicales en la construcción de los espacios?

Creo que va haber una respuesta de la arquitectura al covid y que va ser desde el punto de vista de que la gente está mucho más consciente de su propio bienestar. Es un momento para revisar qué es el espacio doméstico, cómo lo tenemos que habitar, y cómo las ciudades van a transformarse para nuestra mejor calidad de vida pero teniendo en cuenta el medio ambiente.

Foto de portada. Exposición Fear and Love en el Design Museum (2016). PH: Luke Hayes/Gentileza Gonzalo Herrero Delicado.

Foto miniatura. Gonzalo Herrero Delicado por Alberto Feijoo. Gentileza.