Procesos creativos

Kat Howard: “Me pregunto cómo carga el cuerpo con el trauma”

Conversamos con la artista estadounidense cuya obra aborda la historia de la persecución hacia las mujeres.

Por Federico Ferrari Sánchez

08.02.2022

“Soy una sobreviviente de abuso y violencia sexual. Una de las razones por la que recurrí primero a la escritura y luego al arte visual fue para procesar mis sentimientos de una manera en la que me sintiera segura”, dice la artista estadounidense Kat Howard. Con fibras como algodón, seda o lana crea piezas e instalaciones a gran escala con las que aborda la historia de la persecución hacia las mujeres: “Quiero que las personas sientan algo fuerte; quiero inquietarlas”.

Nacida en Rochester, Nueva York, su infancia se dividió entre Estados Unidos y Suecia. “Gran parte de mi familia vive en el extranjero. Son artistas, diseñadores, profesores. Fueron un modelo para mí”, cuenta. Comenzó a escribir poesía cuando era adolescente y logró publicar sus primeros poemas en una revista colectiva. Al terminar el colegio, realizó las carreras de Escritura Creativa e Historia del Arte en la Universidad Brandeis. “Tuve una profesora que me introdujo a los libros de arte: me mostró cómo podía construir algo que complemente la escritura”. A eso le siguió su pasó por el Museo Whitney de Arte Americano, donde estuvo entre 2006 y 2010. Se encargaba de desarrollar sus redes sociales, su sitio web y trabajaba en conjunto con los distintos departamentos. “Me planteé si quería quedarme en un museo o hacer un posgrado y trabajar en mi arte”. Dejó su cargo para realizar un máster en poesía y otro en arte en la Universidad Mills. “Allí me di cuenta qué quería decir y que quería hacerlo a través de las instalaciones, las esculturas a gran escala y utilizar las fibras como medio”.

Además de ahondar en su propia experiencia, Kat explora temáticas como los roles de género, el sexismo y la opresión. “Me pregunto cómo carga el cuerpo con el trauma, cómo lo internalizamos, qué se siente. Busco poder capturar eso en una escultura o instalación”, afirma. Su objetivo es poder generar impacto en el espectador. A finales del año pasado, frente a una iglesia en Kingston, donde tiene su taller, creó la instalación I must like it if I stay para hablar sobre el aumento de la violencia contra las mujeres durante la pandemia. Llenó un cobertizo con unas tiras gruesas colgantes y cubrió el suelo con restos de algodón y nylon: “El fin era que los visitantes entraran y sintieran estos objetos largos sobre ellos; que pudieran experimentar la incomodidad que una de estas mujer pudo sentir en esas situaciones”.

I must like it if I stay. Cortesía Kat Howard.

La elección de las fibras para la construcción de sus obras se debe a las emociones y los recuerdos que producen. “Pueden hacer sentir familiaridad o incomodidad, pueden ser suaves o ásperas. Hago una elección consciente de cómo las voy a usar”, sostiene. Le interesa jugar con el concepto de atracción y repulsión. “En una pieza de capullos negros, por ejemplo, hay algo hermoso, pero, al mismo tiempo, cuando te acercas lo suficiente hay algo inquietante. Siempre trato de buscar un balance entre belleza y oscuridad porque creo que tiene que ver con los temas que trato”.

Sus esculturas son objetos monocromáticos en tonos blanco, negro o gris, que cuelgan de paredes y, algunas, llegan incluso a arrastrarse por el suelo. Surgen a partir de poemas que escribe, que luego se transforman en una imagen que más tarde materializa. “En el proceso pienso cuál es la fibra que replica la emoción que quiero transmitir. De igual manera, dejo mucho espacio para el juego y la intuición”. Los nombres de las piezas son líneas que extrae de sus textos. “Me gusta pensarlos como otra manera de poder transmitir lo que quiero decir”.

En los últimos años, el movimiento de mujeres alrededor del mundo puso en agenda los temas con los que Howard viene trabajando. “Ha sido muy empoderador que más personas puedan ver cuán relevantes son y cómo un artista puede abordarlos de una manera abstracta”, sostiene. Ha expuesto sus obras en ciudades como Colorado y Boston y, además, trabaja con coleccionistas privados. Este año tiene planeadas dos muestras individuales en Nueva York y le gustaría poder hacerlo en otros países. “Quiero seguir tomando riesgos y trabajando para crear algo que la gente no haya visto antes”.

Fotos de portada. Retrato de la artista y Abyss. Cortesía Kat Howard.