Nuevos paradigmas

La Biofilia como antídoto al encierro

La tendencia de diseño que pone el foco en la necesidad de conexión con el verde.

Por Vivian Urfeig

24.08.2020

Edificios con fachadas vegetales, jardines de mariposas en las terrazas, iluminación que contempla ciclos circadianos y biomateriales por toda la casa. El diseño basado en la Biofilia avanza y promete respuestas para todos los aspectos de la vida cotidiana. El concepto acuñado por el biólogo Edward O. Wilson se refiere al placer intenso que se libera cuando estamos rodeados de criaturas vivas. Sean plantas o animales, Wilson –ganador de dos premios Pulitzer– investigó la necesidad profunda, emocional y milenaria de ponerse en contacto con el entorno. Desde la psicología, el filósofo Erich Fromm también incorporó el término, refiriéndose a la pulsión del ser humano con la Naturaleza.

Estos tiempos de pandemia refuerzan la necesidad de conexión, de poner los pies en el pasto. El encierro funciona como catalizador del pasado y estimula el rescate emotivo de sensaciones de bienestar. Pero a la vez, pone el foco en soluciones de diseño y arquitectura basadas en la Biofilia como fuente de salud, bienestar y confort emocional.

Entre los referentes argentinos se encuentra la arquitecta Mónica Cohen, especialista en Biomímesis, el método interdisciplinario que busca replicar los modelos de la Naturaleza cuidando los ecosistemas. El planeta como biblioteca de recursos que promuevan la diversidad es el punto de partida para formar una cultura regenerativa. Cohen trabaja con patrones que reproducen el funcionamiento de distintas especies y traslada al modo social aquellos dispositivos del universo natural que estimulan la creatividad, mejoran el humor y generan armonía para las nuevas formas de habitar.

“No se trata solo de ubicar el escritorio frente a la luz natural”, advierte Cohen, directora de Biomimicry Argentina, la red mundial sin fines de lucro que difunde tecnologías innovadoras para aplicar en arquitectura y diseño. La complejidad del tejido urbano y el ritmo pre pandemia no facilitan el desarrollo de estrategias que despierten los sentidos. “El olfato y el gusto son tan importantes como la vista, el oído y el tacto. Sumar aromas que remitan al bosque de eucaliptos, generar ventilaciones cruzadas y establecer el confort acústico a partir del movimiento de agua o de cualquier aplicación que la emule ya es un paso adelante”, destaca. Los espacios detox que propone parten de una metodología holística que busca en los patrones naturales la solución para un espacio de trabajo, un cuarto infantil o un dormitorio para adultos mayores. “Las plantas son claves. Purifican el aire y eliminan los químicos presentes en lacas o barnices. Especies como la Dracaena o la palma de bambú son ideales para disponerlas junto a sillas, sofás y mesas, con luz indirecta. Además, humidifican el aire”, señala. En este sentido, Cecilia Bernard, socia de Compañía botánica también alienta a incorporar verde en los dormitorios: “Sansevieras, por ejemplo, transforman el dióxido de carbono en oxígeno durante la noche. Un jardín cabe en la palma de una mano, no hace falta tanto espacio, solo el deseo de reconectarse con la Naturaleza”.

El Nido, parte del recorrido en el local de Sofía Willemoës. PH: Malena Fradkin/Gentileza.

Paredes interactivas, murales 3D

El interiorismo dispone de una amplia paleta de recursos para promover bienestar y transformar las casas en refugios, auténticas zonas de confort que ahora se vieron en jaque por la pandemia global. Las fibras naturales y los materiales nobles resetearon elecciones y promovieron búsquedas vinculadas a situaciones de comodidad. La diseñadora Sofía Willemoës es una de las pioneras del diseño de murales con fuerte anclaje biofílico. Desde Nueva York, donde ambientó los edificios de coworking The Assemblage, entre otros, explica que tanto los motivos de Machu Picchu como los paisajes patagónicos, la llanura pampeana o la laguna de Iberá “nos transportan a horizontes de bienestar”. Unos meses antes de que el COVID-19 pusiera al mundo en pausa, desarrolló una aplicación que suma contenido visual y auditivo a través de realidad aumentada. Willemoës logró fusionar naturaleza y tecnología para “disfrutar una experiencia multisensorial que nos conecta con aromas, paisajes y animales autóctonos”.

Ciudades más verdes

A escala arquitectónica, el Bosque Vertical plantea alternativas al control de la polución. Stefano Boero, arquitecto italiano, es pionero en el desarrollo de modelos de densificación vertical de la naturaleza dentro de la ciudad. Su primera torre sustentable se construyó en Milán y luego se replicó en El Cairo y Huanggang, China. Este proyecto de reforestación vertical metropolitana favorece la regeneración de la biodiversidad urbana. Entre los beneficios, produce humedad, absorbe Co2 y partículas de polvo, genera oxígeno, protege de los rayos de sol y reduce la contaminación sonora en las grandes ciudades.

Los jardines de mariposas urbanos constituyen otra estrategia sustentable que los arquitectos y paisajistas están implementando para garantizar la biodiversidad. En Nueva York, Mitchell Joachim, cofundador de Terreform ONE y profesor en New York University, promueve el activismo medioambiental desde el santuario de mariposas que desarrolla en un edificio de NoLiTa.

La eficiencia energética y el reuso de materiales también forman parte del manifiesto de la arquitectura y el diseño sostenibles, en función de crear espacios saludables que contemplen la identidad de cada proyecto. El cruce entre el medio natural y el tejido urbano hilvana premisas que cada vez requieren más puntos en común, sobretodo si pensamos en un futuro post-pandémico.

Foto de portada: diseño de Sofía Willemoës/Gentileza.